Alrededor de un millar de residentes de los Territorios Palestinos Ocupados van a ser desalojados de sus hogares en la zona de Masafer Yatta, en Cisjordania, según un plan aprobado por el recién investido gobierno israelí. Nuestros equipos, que prestan asistencia médica a las familias palestinas de la zona, condenan enérgicamente la medida.
Las acciones de Israel contra los habitantes de Masafer Yatta
En la década de los 80, Israel designó Masafer Yatta, al sur de Hebrón, como zona de tiro y maniobras militares. Desde entonces, las familias palestinas que viven en 12 aldeas dispersas por la región han visto cómo sus hogares eran demolidos en repetidas ocasiones y han vivido bajo la amenaza del desplazamiento forzoso.
Su situación se deterioró aún más en mayo de 2022 tras una sentencia del Tribunal Supremo israelí que eliminó todas las barreras legales al desplazamiento forzoso de las familias palestinas de Masafer Yatta para dejar paso a la zona militar. Funcionarios palestinos han confirmado que la mayoría de los residentes de Masafer Yatta han recibido órdenes de demolición y corren riesgo inminente de ser desplazados a la fuerza.
«¿Dónde van a ir todas estas familias? Es completamente inaceptable», se pregunta David Cantero Pérez, coordinador general de nuestra organización en los Territorios Palestinos Ocupados.
Las dificultades de la población palestina para acceder a la atención médica
Las autoridades israelíes han ejercido una presión extraordinaria sobre los residentes de Masafer Yatta para que abandonen la zona. Además de demoler sus casas, han levantado puestos de control, confiscado sus vehículos e impuesto toques de queda y otras restricciones de circulación. Nuestros equipos que trabajan en la zona han sido testigos de cómo estas medidas, que se han intensificado en los últimos meses, han afectado gravemente a la libertad de movimiento de los residentes, a su salud mental y a su capacidad para acceder a servicios básicos, incluida la atención médica.
Pacientes y personas mayores denuncian que se les hace esperar horas en los puestos de control y se les obliga a caminar largas distancias para llegar a las clínicas. Los movimientos de los residentes están restringidos incluso durante las urgencias médicas:
«Tienes que estar a punto de morir para que te dejen pasar por los controles», nos comenta un residente.
«Estas medidas han afectado gravemente a los residentes de Masafer Yatta y han hecho sus vidas insoportables«, asegura David Cantero. «Viven con miedo constante. No se puede subestimar el impacto en la salud mental de las familias residentes, especialmente en los niños y niñas. En los periodos en los que se producen más demoliciones de viviendas, nuestro equipo de salud mental recibe a más personas con síntomas de depresión y ansiedad.»
«Sentí que me asfixiaba, que estaba ciega, que tenía las manos atadas. Mis hijos estaban en la escuela cuando comenzó la demolición, salieron a mirar. Estaban conmocionados, en completo silencio», nos dice una anciana sobre el momento en que las autoridades israelíes acudieron a demoler su casa por cuarta vez en dos años.
«Eligen el invierno para demoler casas. Esta noche, nuestra familia dormirá en el coche o en una tienda de campaña en medio del frío. Esta noche hará 5 grados«, explica otro residente a nuestros equipos.
Llevamos a cabo tres clínicas en la zona de Masafer Yatta, donde prestamos atención sanitaria básica a las familias residentes. Estas clínicas incluyen apoyo en salud mental y servicios de salud sexual y reproductiva, con especial atención a mujeres, niños y pacientes con enfermedades crónicas. En 2022, nuestros equipos realizaron 3.066 consultas médicas en la zona.
Pedimos protección para la población de Masafer Yatta
Reclamamos a las autoridades israelíes que pongan fin de inmediato al plan de desalojo y dejen de aplicar medidas restrictivas que impiden a las familias palestinos de Masafer Yatta acceder a los servicios básicos, incluida la atención médica. También hace un llamamiento a la comunidad internacional para que adopte todas las medidas necesarias para proteger a la población de Masafer Yatta y garantizar el respeto de sus derechos humanos.
«El mundo entero debería saber lo que nos está pasando», pide un residente a nuestro personal. «Lo único que queremos es vivir en nuestra tierra, en nuestras casas».