La República de Chad se encuentra en África Central. Si bien en este país la desnutrición infantil es un problema generalmente asociado a las zonas rurales del Sahel, donde son frecuentes los periodos de escasez de alimentos, esta también es un flagelo en Yamena, la capital.
Esta ciudad tiene casi 1,5 millones de habitantes y vive una época de depresión económica e inseguridad alimentaria crónica, por lo que muchas familias y madres luchan para llegar a fin de mes y cubrir las necesidades más básicas de sus hijos.
La historia de Bria y su familia
Bria es una de esas madres. Cuando vio que la salud de su hijo menor, Séverin, de 18 meses, se debilitaba poco a poco, lo llevó al hospital de Tukra, en donde nuestra organización dirige una unidad de nutrición. Como madre soltera, no tuvo más remedio que llevar a las dos hermanas de Séverin: Elise, de dos años y medio, y Brenda, de ocho. La familia pasó los últimos seis días en la unidad de nutrición terapéutica del hospital.
Bria dejó su pueblo en el sur de Chad en busca de una mejor vida en la capital. Mientras vivía con su tía, continuó sus estudios por un tiempo antes de volver a casarse. Pero desde hace un año, su marido y padre de Séverin, Elise y Brenda está en prisión cumpliendo una condena de cuatro años. Era él quien ganaba el dinero con el que vivía la familia gracias a su trabajo como mecánico.
Cuando Séverin enfermó, Bria contó con el apoyo de un tío que le dio un poco de dinero para que pudiera pagar los exámenes médicos en el centro de salud y comprar medicamentos. Pero cuando no mejoró, lo llevó al hospital del distrito.
En 2021, el personal médico de la unidad de nutrición del hospital del distrito de Tukra ingresó a 1.471 niños. Los niños, que tenían entre seis meses y cinco años, padecían desnutrición aguda severa con complicaciones médicas que requerían tratamiento hospitalario. La mayoría estaban en estado crítico y muy débiles.
Aunque los niveles de desnutrición infantil aguda son altos durante todo el año, la época más crítica es entre mayo y septiembre, cuando el periodo de escasez coincide con la temporada de lluvias que causa un aumento de la malaria, la diarrea y otras infecciones.
Después de una semana en el hospital, la salud del bebé Séverin mejoró. Seguirá realizando el tratamiento en casa hasta que se recupere por completo. Antes de irse del hospital de Tukra, Bria recibe consejos sobre nutrición y raciones de alimentos terapéuticos listos para consumir hechos con pasta de maní y enriquecidos con nutrientes diseñados específicamente para cubrir las necesidades de niños con desnutrición aguda.
En casa, Bria y su familia desayunan gachas. Su comida principal es el almuerzo, y las sobras se comen por la noche. Hoy usa moringa seca, una planta cuyas hojas y vainas tiernas son populares en la región, y se recomiendan para ayudar a los enfermos a recuperarse. Agrega pescado ahumado, ajo, cebolla, un cubo de caldo, aceite de maní y, por consejo del equipo médico, pasta de maní para que el plato sea más nutritivo.
Bria ahora es vendedora ambulante y vende, sobre todo, limones. Pero, durante el último mes, tuvo que cuidar a su hijo enfermo y no pudo trabajar, por lo que tendrá que obtener un préstamo para reanudar su negocio. Y este año, sin dinero de sobra, su hija Brenda no fue a la escuela.
¿Qué estamos haciendo en Yamena?
La historia de Bria no es la única. En un contexto de inseguridad alimentaria crónica, niveles altos de desnutrición infantil y acceso insuficiente a tratamientos y vacunas pediátricos, muchas familias se debaten entre trabajos ocasionales y redes de apoyo locales para poder cuidar a sus hijos y darles suficiente comida.
En colaboración con las autoridades sanitarias de Chad, seguimos aumentando nuestra provisión de atención médica gratuita para niños y niñas que sufren de desnutrición aguda grave y complicaciones médicas en el hospital del distrito de Tukra. Además, desarrollamos iniciativas de prevención y tratamiento temprano de la desnutrición en cuatro barrios de la capital.
Estas actividades se basan en la participación activa de las madres y los familiares para identificar los síntomas de desnutrición y en las iniciativas de las unidades de nutrición para pacientes ambulatorios.
Instalados en los centros de salud, los niños con desnutrición grave que reciben tratamiento en casa son controlados en las unidades y asisten a consultas médicas en el centro de salud, lo que ayuda a limitar la aparición de complicaciones que pondrían aún más en peligro su vida y harían necesario su ingreso en el hospital. Es fundamental que estas unidades tengan los recursos que necesitan para hacer su trabajo de manera eficaz y cantidades suficientes de alimentos terapéuticos listos para consumir, que son tan importantes para el tratamiento ambulatorio.