Al 16 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó un total de 1.005 víctimas, entre las que se contabilizan 189 muertos y 816 heridos. Los trabajadores sanitarios y los servicios de salud se han visto afectados por los bombardeos indiscriminados y los ataques aéreos diarios, que han aumentado durante los últimos días en las áreas más densamente pobladas. Según la OMS, desde el inicio del conflicto dos médicos y un conductor de ambulancia murieron, otro médico resultó herido y nueve ambulancias fueron dañadas o destruidas.
Se deben tomar todas las medidas necesarias para proteger a los civiles e infraestructura civil, y entre éstas se incluye no llevar a cabo ataques indiscriminados en áreas densamente pobladas. El personal médico debe ser respetado y protegido bajo cualquier circunstancia.
Las instalaciones médicas tanto dentro como fuera de Trípoli han reportado tener una capacidad limitada y menos de dos semanas de suministros médicos. Algunos civiles han estado sin agua y electricidad durante varios días. Para los más de tres mil refugiados y migrantes que están atrapados actualmente en centros de detención las áreas en conflicto y las zonas circundantes, y que se encuentran bajo un riesgo inminente de quedar atrapados en el fuego cruzado, la provisión de servicios básicos, incluyendo alimentos y agua, sigue siendo extremadamente limitada. Hay reportes que mencionan que muchos detenidos no consumen alimento alguno durante varios días a la vez.
Los enfrentamientos han tenido un impacto perjudicial adicional en la salud mental de las personas detenidas. Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) observan una mayor ansiedad y miedo entre muchos pacientes, y algunos de ellos incluso informaron haber escuchado disparos y ataques aéreos mientras estaban atrapados en los centros de detención.
Los equipos médicos de MSF han permanecido en el terreno desde el inicio del conflicto, brindando atención médica primaria y alimentos, agua y servicios de referencias médicas de emergencia, para refugiados y migrantes en cuatro centros de detención en Trípoli. Los equipos también han entregado tres semanas de suministros de medicamentos para la tuberculosis y otros fármacos vitales para los pacientes en los centros de detención, para garantizar que sus tratamientos puedan continuar en medio del conflicto en curso.
La semana pasada los equipos de MSF brindaron consultas médicas en los centros de detención de Anjila, Abu Salim, Sabaa y Tajoura, así como dos suministros de agua potable a Tajoura. Si bien las personas de la comunidad han estado suministrando alimentos al centro de detención de Tajoura, las autoridades libias no han identificado una solución permanente, dejando a nuestra organización extremadamente preocupada por el bienestar de las más de 600 personas atrapadas en el interior del centro.
En el centro de detención de Sabaa, además de brindar consultas médicas, los equipos de MSF han distribuido un suministro de cinco días de raciones de alimentos sumamente necesarios que incluyen vegetales frescos. En los últimos días, aproximadamente 200 personas fueron trasladadas del centro de detención de Ain Zara, a solo 1,5 km de la línea del frente, al centro de detención de Sabaa, ubicado a 6,5 km de la línea del frente.
Con los recién llegados, el tamaño de la población en Sabaa ha aumentado a casi 540 personas, exacerbando los ya precarios servicios y condiciones de vida existentes. Dado que otros 150 refugiados fueron reubicados a principios de la semana pasada en el Centro de Recolección y Salida del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se cree que el centro de detención de Ain Zara está vacío.
Aunque las cifras de cada centro de detención están sujetas a cambios diarios, actualmente hay 135 personas en el centro de detención de Anjila, ubicado a 5,5 km de los enfrentamientos. Hace unos días había alrededor de 910 personas en Abu Salim, a 6,5 km de los combates. Se anticipa que este centro de detención será el más afectado por el conflicto en los próximos días, pues se presentaron bombardeos en el vecindario de Abu Salim durante la noche del 16 de abril. El ACNUR está realizando un ejercicio de reubicación para trasladar a algunos de las personas más vulnerables de Abu Salim a las instalaciones del centro de Recolección y Salida, pero carece de la capacidad para movilizarlos a todos.
Los equipos médicos de MSF también han proporcionado kits de higiene en varios refugios para familias desplazadas que tuvieron que huir de sus hogares; y realizó también una donación de kits para atender a heridos de guerra (con suturas, vendajes y medicamentos esenciales) a dos hospitales, uno en Trípoli y otro en el sur de la ciudad.
Los enfrentamientos actuales -la tercera oleada en los últimos siete meses- solo revela aún más los intentos irracionales de los gobiernos europeos por fingir que Libia es un lugar seguro.
Una de las desesperadas opciones para las personas que buscan escapar de la lucha es el mar Mediterráneo. MSF no puede verificar si las salidas por mar desde Libia han aumentado desde que comenzaron los combates, pero sabemos que la búsqueda de seguridad no es un delito, sino una respuesta humana muy real ante circunstancias que ponen en peligro la vida, como es el caso del conflicto actual. Ante el vacío de cualquier respuesta dedicada a la búsqueda y rescate en el Mediterráneo central, la vida de las personas corre un gran riesgo en el mar y en las zonas de conflicto en Trípoli.
La capacidad de búsqueda y rescate en el Mediterráneo central debe incrementarse urgentemente, y cualquier persona rescatada en el mar debe ser llevada a un puerto seguro como lo exige el derecho internacional. Esto solo puede suceder si los estados miembros europeos llegan a acuerdos inmediatos sobre soluciones para desembarcar a los sobrevivientes en puertos seguros, y poner fin a las acciones punitivas para restringir a las ONG que buscan proporcionar una respuesta humanitaria para salvar vidas en el mar.
Mientras monitoreamos de cerca el contexto, las actividades de MSF continúan fuera de Trípoli, donde nuestros equipos brindan asistencia a más de 800 personas detenidas arbitrariamente en Khoms, Zliten y Misrata. MSF también sigue realizando consultas médicas en Bani Walid.
Estamos preocupados por un grupo de más de 80 pacientes que fueron trasladados hace unos dos meses a un centro de detención en Sirte, ya que no podemos seguir de cerca y tratar a estas personas, muchas de las cuales tienen afecciones médicas graves. Todas las referencias médicas a los hospitales de Trípoli que son organizadas por los equipos de MSF en Khoms, Zliten, Misrata, Bani Walid o Sirte, ya no son posibles debido al conflicto actual.