¿Cuál es la situación actual en Katanga?
“En marzo de 2018, se declaró una epidemia de sarampión en varias zonas sanitarias en las provincias de Haut-Katanga, Haut-Lomami, Lualaba y Tanganyika, que anteriormente formaban la provincia de Katanga. A lo largo del año, la epidemia se fue extendiendo y, hasta diciembre de 2018, todas las zonas sanitarias en las cuatro provincias habían declarado casos sospechosos o confirmados de sarampión. Además, hay enormes necesidades de salud pediátricas ya existentes en estas provincias, que en conjunto cubren un área del tamaño de España, y en cuyas áreas remotas hay personas dispersas en pueblos de difícil acceso«.
¿Cuál es la mejor manera para responder a una epidemia de sarampión a esta escala?
“Las epidemias de sarampión se afianzan en áreas donde no se ha vacunado previamente a suficientes personas. Para proteger a una población, entre el 90 y el 95% de las personas, e idealmente el 100%, deben vacunarse. Al vacunar a las poblaciones tan pronto como se reporten los casos de sarampión, nuestro objetivo es evitar que los niños en el área contraigan esta enfermedad y así logremos detener su propagación. Por lo tanto, para tener el mayor impacto a través de la vacunación masiva, debemos dirigirnos a las áreas donde la epidemia acaba de comenzar, como lo estamos haciendo ahora en la provincia de Lualaba. Pero a veces ya es demasiado tarde y esto no es posible.
En áreas que ya han pasado por una gran epidemia a lo largo de varios meses, una campaña de vacunación masiva no es necesariamente la respuesta más adecuada. Incluso detectar la epidemia de forma oportuna es difícil, pues la obtención de una confirmación biológica de los casos de sarampión en Kinshasa (el único laboratorio validado del país) lleva tiempo. Además, la entrega de vacunas y otros suministros a estos lugares remotos puede llevar mucho tiempo y suele ser más complejo. Cuando la enfermedad ya se ha afianzado en una comunidad, la vacunación masiva por sí sola tiene un impacto limitado; la vacuna no es un tratamiento para niños que ya padecen sarampión. Sin embargo, si se hace un esfuerzo para acceder a estas áreas, los niños enfermos pueden ser tratados tan pronto como sean identificados. Incluso cuando una epidemia de sarampión ya se propagó extensamente, aún podemos salvar vidas al tratar a los niños que padecen la enfermedad y otras enfermedades».
¿Cuáles pueden ser las razones de una tasa de mortalidad elevada entre los niños?
“La infección por sarampión pone a los niños en un gran riesgo de desarrollar otras enfermedades graves, como la desnutrición severa o infecciones del tracto respiratorio, y los niños en esta región también sufren frecuentemente de malaria. Es muy difícil asegurar que los pequeños en áreas remotas puedan acceder a la atención médica básica necesaria, así que llegan muy tarde a los hospitales. Sospechamos que muchos nunca logran llegar a recibir un tratamiento médico y nunca se vacunan. La información de las comunidades locales sugiere que la tasa de mortalidad entre los niños menores de 5 años es extremadamente elevada en ciertas áreas de Haut-Lomami, hay pequeños que mueren dentro de la comunidad, y sus muertes no siempre son reportadas».
¿Qué están haciendo los equipos de Médicos Sin Fronteras?
«En marzo, Médicos Sin Fronteras (MSF) comenzamos a responder en la provincia de Haut-Katanga. A partir de entonces y hasta septiembre, nuestros equipos han vacunado a 231.646 niños y tratado 3.334 casos de sarampión en diferentes áreas. Posteriormente, desplegamos una cantidad significativa de recursos en la provincia de Haut-Lomami, principalmente en las zonas sanitarias más afectadas por la epidemia en curso. En colaboración con el personal del Ministerio de Salud local, nuestros equipos trataron a 393 niños con sarampión severo en los hospitales locales, y 2.957 casos menos severos en los centros de salud ambulatorios, desde diciembre de 2018 hasta febrero de 2019. Nuestros equipos también vacunaron a 64.629 niños contra el sarampión en Malemba-Nkulu (Haut-Lomami), y siguen la vacunación en otras áreas.
Nuestra prioridad es usar clínicas móviles para intentar llegar hasta los niños que viven en las áreas más gravemente afectadas, con el objetivo de tratar a los pequeños dentro de sus comunidades y vacunar contra el sarampión a los niños que no hayan sido vacunados previamente. Pero nos enfrentamos a enormes limitaciones logísticas. No existen carreteras pavimentadas en la región y los viajes pueden ser extremadamente difíciles, especialmente en la temporada de lluvias. Puede tomar días trasladarse entre diferentes áreas, incluso a bordo de vehículos con tracción en las cuatro ruedas. Para llegar a lugares más remotos, tenemos que usar motos e incluso canoas, esto nos hace imposible transportar grandes cantidades de medicamentos, vacunas o alimentos terapéuticos».
¿Este brote es excepcional en la región?
“Desde 2011, en la antigua provincia de Katanga ha habido una gran epidemia de sarampión cada dos o tres años. El Ministerio de Salud se enfrenta a las mismas limitaciones que nosotros: la falta de suministros en las zonas sanitarias debido a las dificultades de transporte; una escasez de electricidad para los refrigeradores de vacunas; dificultades para llegar a las comunidades.
Por lo anterior, la cobertura de vacunación rutinaria es inadecuada en muchos lugares y las epidemias son recurrentes. En MSF hemos realizado regularmente campañas de vacunación de emergencia contra el sarampión en la región. Si bien nuestro objetivo es responder oportunamente durante la epidemia, a menudo no logramos cumplir con este objetivo debido a los desafíos a los que enfrentamos. Constantemente estamos tratando de encontrar soluciones nuevas o diferentes para este problema recurrente».