Ginebra, 29 de noviembre de 2018: previo a una cumbre en la Ciudad del Vaticano en la que se busca ampliar el diagnóstico y tratamiento del VIH en niños, la organización médico humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) critica a las empresas farmacéuticas por retrasarse y fallar en desarrollar fórmulas adecuadas de medicamentos infantiles contra el VIH. Los países en desarrollo están luchando para proporcionar a los niños con VIH positivo los tratamientos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), porque las versiones pediátricas de estos medicamentos antirretrovirales no están disponibles en los lugares donde se necesitan.
“Las corporaciones farmacéuticas simplemente no consideran que los niños con VIH sean una prioridad, y esto nos obliga a utilizar tratamientos más antiguos y subóptimos para las personas más jóvenes bajo nuestro cuidado, haciendo que sea más difícil para ellos adherirse a su tratamiento. Peor aún, el aumento de la resistencia a los medicamentos existentes contra el VIH en los países del África subsahariana significa que los tratamientos más antiguos podrían no funcionar en bebés y niños que necesitan urgentemente mejores opciones de tratamiento«, explicó el Dr. David Maman, Coordinador Médico de MSF en Malawi.
«¿Por cuánto tiempo tendrán que seguir sufriendo o muriendo los niños con VIH debido a la indiferencia?»
El VIH pediátrico sigue siendo una enfermedad desatendida, y el pequeño mercado existente para los medicamentos pediátricos contra el VIH es un indicador que nunca ha sido una prioridad para las corporaciones farmacéuticas multinacionales o para los fabricantes de genéricos. Los retrasos han plagado tanto el desarrollo como la introducción de nuevas fórmulas de medicamentos pediátricos, así como la ampliación de las fórmulas existentes.
Por ejemplo, el dolutegravir, un medicamento contra el VIH recomendado por la OMS como el tratamiento de primera línea preferido para bebés y niños, y que cuyo uso en adultos fue aprobado por primera vez en 2013, todavía no está disponible la población infantil porque la corporación farmacéutica ViiV Healthcare aún tiene que finalizar los estudios necesarios y registrar una fórmula de comprimidos dispersables para niños más pequeños. Ya existe una fórmula pediátrica en gránulos de otro medicamento clave, el raltegravir, pero la empresa farmacéutica Merck ha tardado en registrarlo en los países en desarrollo.
La alternativa al dolutegravir recomendada por la OMS es la combinación de lopinavir / ritonavir, pero su fórmula pediátrica también ha estado plagada de problemas. Los fabricantes de genéricos Mylan y Cipla han sido lentos en ampliar el suministro de las fórmulas pediátricas (comprimidos y gránulados), y también sus precios son tres veces más elevados que los del jarabe de lopinavir / ritonavir, de sabor fuerte, que se supone reemplaza sus productos.
En una cumbre en la Ciudad del Vaticano realizada hace un año, representantes de organizaciones de salud globales y ejecutivos de corporaciones farmacéuticas se comprometieron a aumentar el acceso al tratamiento para niños y adolescentes que viven con el VIH, pero se ha avanzado muy poco. La cumbre se volvió a convocar este año del 6 al 7 de diciembre.
«Los niños necesitan acceso a los mejores y más sólidos medicamentos posibles, pues necesitan seguir con el tratamiento del VIH de por vida», explicó Jessica Burry, farmacéutica de VIH en la Campaña de Acceso a Medicamentos de MSF.
«Las corporaciones farmacéuticas deben dejar de arrastrar sus pies y comenzar a tomar medidas más concretas para poder salvar más vidas de jóvenes. Ya no hay tiempo para promesas vacías».
La OMS recomienda que todos los niños diagnosticados con VIH comiencen inmediatamente la terapia antirretroviral. Pero sin fórmulas óptimas de medicamentos pediátricos para el VIH, los países continuarán luchando para implementar esta recomendación.
La cobertura de tratamiento entre los niños que viven con VIH es inaceptablemente baja, solo el 52% de los niños con VIH positivo recibieron tratamiento en 2017. La mitad de ellos sigue recibiendo regímenes subóptimos, lo que los pone en riesgo de un aumento de sufrir efectos secundarios, la resistencia y el fracaso del tratamiento. En el
África subsahariana, hogar del 90% de todos los niños que viven con VIH, hay altas tasas de resistencia a los medicamentos existentes contra el VIH, incluyendo la nevirapina y efavirenz. La tasa de mortalidad entre los niños VIH positivos sigue siendo alta, especialmente durante los primeros cuatro años de vida. En 2017, las enfermedades relacionadas con el SIDA mataron a 110.000 niños en todo el mundo.