La patente había sido concedida a Gilead una semana antes por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI), la oficina de patentes de Brasil. Sin embargo, debido al impacto que esta patente otorgada tendría sobre la salud pública y el presupuesto del gobierno, el tribunal suspendió la patente y ordenó a la oficina de patentes que revisara su decisión, abriendo la posibilidad de que las empresas en Brasil produzcan versiones genéricas asequibles del sofosbuvir.
Las patentes clave sobre el sofosbuvir ya han sido rechazadas en China, Egipto y Ucrania, y las decisiones están pendientes o en proceso de apelación en varios otros países, entre ellos Argentina, India, Tailandia y Rusia.
El sofosbuvir es un medicamento antiviral oral de acción directa más seguro, tolerable y eficaz que los antiguos tratamientos contra la hepatitis C. El sofosbuvir es la columna vertebral de la mayoría de las combinaciones de tratamiento contra la hepatitis C, pero el sofosbuvir y sus medicamentos complementarios clave tienen un precio que está fuera del alcance de las personas que los necesitan en muchos países, incluido Brasil.
Cerca de 700.000 brasileños tienen la enfermedad pero no cuentan con el acceso al tratamiento debido a su elevado precio.
El gobierno brasileño se ha fijado el objetivo de eliminar la hepatitis C para el 2030, pero con los precios actuales del tratamiento, es muy probable que las restricciones presupuestarias limiten el alcance de los planes nacionales de tratamiento. Por lo tanto, es esencial que se permita la competencia entre los fabricantes de genéricos con el fin de bajar los precios y salvar más vidas.
Declaración de Ana de Lemos, directora ejecutiva de MSF Brasil
«La decisión de la corte brasileña de suspender la patente del sofosbuvir es extremadamente alentadora, porque demuestra que los problemas de propiedad intelectual no pueden deslindarse de su impacto en la salud pública y la vida de las personas. MSF seguirá presionando a las autoridades locales para asegurarse de que la decisión no se revierta. Las 700.000 personas en Brasil que aún no tienen acceso a la cura contra la hepatitis C que tanto necesitan, no deben ser defraudadas. Hemos trabajado en coordinación con otras organizaciones para movilizar a la opinión pública y hemos podido reunir un apoyo masivo detrás de esta causa, colocando el tema del acceso a medicamentos asequibles en la agenda pública y allanando el camino para el fallo del tribunal”.