Tras haber sido excluidas por las políticas migratorias europeas, miles de migrantes y refugiados están ahora atrapados bajo el frío de Grecia y los Balcanes en refugios mal adaptados para el invierno. La cínica negligencia de las políticas europeas, agravada por las bajas temperaturas y la falta de preparación para el invierno, ha empeorado una situación ya insoportable para miles de hombres, mujeres y niños que buscan protección en Europa.
La situación es especialmente preocupante para los que están atrapados en las islas griegas, que viven en tiendas de campaña en campos hacinados y para los que están varados en edificios abandonados en Belgrado o tratando de cruzar las fronteras de los Balcanes. Médicos Sin Fronteras (MSF) ha solicitado reiteradamente a las autoridades de Grecia y los Balcanes que mejoren las condiciones de cara al invierno.
«Con el pacto entre la Unión Europea y Turquía y el cierre oficial de la ruta de los Balcanes, la UE ha decidido convertir a los países extracomunitarios en guardianes de sus fronteras, en un intento de frenar el flujo de quienes buscan protección huyendo de las zonas de conflicto más activas actualmente», declara Stefano Argenziano, coordinador de operaciones para los proyectos de migración y refugiados de MSF. «Tienen una grave falta de asistencia, lo que está poniendo sus vidas en peligro. Somos testigos de las consecuencias más crueles e inhumanas de las políticas europeas, utilizadas como instrumento para disuadir y victimizar a quienes solo buscan seguridad y protección en Europa».
SERBIA: Ayuda humanitaria restringida en medio del frío
Más de 7.500 personas están actualmente varadas en Serbia, viviendo en campos hacinados y asentamientos improvisados. El país ha acordado con la UE albergar hasta 6.000 personas, de las cuales solo 3.140 viven en instalaciones adaptadas para el invierno. En Belgrado, alrededor de 2.000 jóvenes, principalmente de Afganistán, Pakistán, Irak y Siria, están durmiendo en edificios abandonados en el centro de la ciudad, mientras que las temperaturas alcanzan los 20º bajo cero. En los últimos meses, las autoridades serbias han restringido severamente la provisión de ayuda humanitaria a estas personas, permitiendo únicamente a voluntarios hacer una distribución básica de mantas y comida. «Durante meses, la estrategia ha sido bloquear la ayuda humanitaria para empujar a estas personas hacia los campos oficiales. Pero los campos están llenos y ya están por encima de sus capacidades, por lo que los migrantes no tienen otra opción que dormir en edificios abandonados sometidos a bajas temperaturas», declara Stephane Moissaing, coordinador general de MSF en Serbia.
MSF ha instalado algunos calefactores como una medida desesperada para tratar de proteger a la gente y actualmente está negociando con otras autoridades para aumentar la capacidad de refugio: «Durante meses hemos pedido a las autoridades de Serbia, UE y ACNUR, que establezcan soluciones a largo plazo para evitar esta catastrófica situación. El fracaso colectivo de estas instituciones ha dejado al descubierto incluso las necesidades más básicas, exponiendo a personas ya vulnerables a sufrir aún más. Varias personas ya han muerto de hipotermia en las fronteras de Serbia y Bulgaria. No podemos simplemente sentarnos y actualizar el número de personas que mueren en las peligrosas fronteras o son víctimas de violencia desde el cierre de la ruta de los Balcanes.
GRECIA: Miles de personas bloqueadas en las islas bajo la nieve y la lluvia helada
La situación no es mejor en las islas griegas, donde miles de personas todavía están atrapadas en campos superpoblados, viven en frágiles tiendas de campaña a temperaturas bajo cero. «Estas familias abandonadas bajo la nieve y la lluvia helada, están pagando el precio del cinismo europeo y de su reprochable trato con Turquía», dice Clement Perrin, coordinador general de MSF en Grecia. «Es indignante ver que a pesar de todas las promesas y declaraciones europeas, hombres, mujeres y niños viven en tiendas bajo la fría lluvia. Hacemos un llamamiento a las autoridades griegas y a la UE para que adopten urgentemente medidas para garantizar que todos los refugiados y migrantes de las islas se alojen en condiciones de vida dignas y adecuadas».
El hacinamiento y la grave falta de preparación para el invierno están provocando graves riesgos para la salud y la seguridad de las personas que viven en Grecia. La mayoría de los atendidos por los psicólogos de MSF en las consultas de salud mental en los últimos meses en Samos y Lesbos muestran que las pobres condiciones son la causa o un factor importante en sus dificultades psicológicas. «Las autoridades griegas deben dejar de felicitarse por los logros humanitarios cuando miles de personas sufren en duros elementos de invierno mientras esperan que sus solicitudes de asilo sean procesadas.
Ninguna persona que busque protección, que huya de la guerra, la tortura y la violencia extrema debe dejarse abandonada en el helado invierno», concluye Perrin.