Varios médicos que trabajaban en el este de Alepo antes del asedio quieren volver a la ciudad arrasada para tratar de atender y salvar las vidas de los numerosos heridos diarios. Para ello, necesitarían la garantía de un acceso seguro.
El comienzo del asedio del este de Alepo por parte del Ejército sirio y de sus aliados, en julio pasado, sorprendió a varios médicos sirios en Turquía. «Ahora comprueban con tristeza el deterioro de la crisis y sienten que no pueden ayudar a una población extremadamente necesitada. Por lo que sabemos, varios médicos han expresado su intención de regresar tan pronto como sea posible si se crea un corredor humanitario», afirma Carlos Francisco, coordinador general de Médicos Sin Fronteras en Siria.
Solo siete médicos pueden operar
Según los últimos datos de la Dirección de Salud, en estos momentos
solo hay 35 médicos en el este de Alepo y solo siete de ellos tienen los conocimientos para realizar intervenciones quirúrgicas a heridos de guerra.
«Los pacientes tienen un acceso limitado a la atención sanitaria en los pocos hospitales que funcionan parcialmente. Los médicos están agotados. Trabajan día y noche para tratar la gran afluencia de heridos», añade.
Solo entre el 6 y el 8 de octubre, los hospitales en el este de Alepo han informado al menos 98 heridos, entre ellos 11 niños, y 29 personas asesinadas por ataques aéreos. “Hay pacientes heridos que duermen frente a los hospitales mientras persisten los intensos bombardeos porque los pasillos de los centros médicos están llenos”, explica Ahmed Laila, jefe de la Dirección de Salud del este de Alepo.
Hospitales y organizaciones médicas están preocupados también por las reservas de combustible de las que dependen las instalaciones y las 21 ambulancias que trabajan en un área donde residen unas 250.000 personas, según la Organización Mundial de la Salud. «El bloqueo ha provocado, entre otras cosas, la escasez de combustible y ha paralizado de facto la ciudad. Las instalaciones médicas están a punto de quedarse sin corriente eléctrica. Si esto llegar a suceder, podría poner en peligro atenciones vitales», indica Pablo Marco, nuestro responsable de Operaciones en Oriente Próximo.
«No hay tiempo que perder. Rusia y Siria deben detener ya el bombardeo indiscriminado y respetar las reglas de la guerra para evitar el enorme sufrimiento de una población civil desprotegida», reclama Pablo Marco.
Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) facilitamos apoyo a ocho hospitales en el este de Alepo. También gestionamos seis centros médicos en todo el norte de Siria y asistimos a más de 150 centros de salud y hospitales de todo el país, muchos de ellos en zonas sitiadas.