En colaboración con la autoridad municipal, MSF ha distribuido un primer envío de 5.200 kits de invierno e higiene para otras tantas familias desplazadas durante las primeras semanas de diciembre, y está prevista la entrega de otros 2.600 kits en los próximos días.
Los kits distribuidos se han adaptado a las necesidades de los desplazados e incluyen ropa de invierno, mantas, lonas y cuerdas, bidones, linternas y diversos artículos de higiene. La distribución se llevó a cabo en diferentes barrios tras una evaluación de las necesidades e incluyó a familias cuyas viviendas han resultado dañadas en los recientes bombardeos. El conflicto y la falta de seguridad en la zona han dificultado mucho la distribución de artículos no alimentarios por parte de las ONG a pesar del creciente número de personas en situación vulnerable.
“Esta operación de distribución va destinada a ayudarlos a hacer frente a la escasez de recursos y a las duras condiciones en las que tienen que vivir a causa del conflicto, y cubrirá a cerca de 40.000 personas”, explicó Carlos J. Francisco, coordinador de proyectos de MSF en el norte de Siria. “La guerra está a punto de alcanzar su quinto año y la situación humanitaria en Alepo y sus alrededores es casi insoportable para gran parte de la población”, añadió.
“Todos los días presenciamos ataques contra zonas residenciales e infraestructuras civiles esenciales, como los hospitales o el sistema de distribución de agua de la ciudad. Ambulancias, mercados o panaderías se han convertido en blancos, por lo que resulta cada vez más difícil y peligroso acceder a los servicios más básicos, incuida la ayuda médica y humanitaria”, señaló Francisco.
Las duras condiciones invernales han empeorado la ya de por sí crítica situación de las personas desplazadas dentro de la ciudad. De los aproximadamente 300.000 habitantes actuales del este de Alepo, un 55% (176.000) son personas desplazadas debido al conflicto y casi dos terceras partes de ellos han tenido que trasladarse más de una vez. Aunque la población desplazada está compuesta en su mayoría por habitantes de la ciudad, la reciente intensificación del conflicto en Hama e Idlib, al sur de Alepo, ya ha obligado a 3.800 familias a huir de estas dos zonas, aunque es probable que el número aumente.
La antigua ciudad de Alepo, la segunda más grande del país (con un millón de habitantes estimado antes de la guerra), está partida por uno de los frentes de este terrible conflicto. Barrios enteros han sido destruidos por las explosiones y los años de asedio, y muchas zonas carecen de electricidad y agua corriente.
La principal carretera que une Kilis, en Turquía, y Alepo estuvo a punto de quedar completamente cortada para la ayuda humanitaria. Varios convoyes fueron bombardeados y uno de los camiones utilizados para la distribución de kits de inverno en Alepo fue blanco de disparos, lo cual forzó la suspensión temporal del reparto. La ruta no sólo es clave como ruta de distribución para la parte oriental de la ciudad sitiada, sino que también permite la llegada de alimentos, combustible y ayuda humanitaria para abastecer a las cerca de 600.000 personas que viven en la zona.
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MSF gestiona seis estructuras médicas en el norte de Siria y proporciona apoyo directo a más de 150 centros de salud y hospitales de todo el país, muchos de ellos en áreas sitiadas. La mayoría son estructuras temporales dirigidas por médicos sirios, sin personal de MSF, pero con apoyo material y formación a distancia por parte de MSF para ayudarlos a responder ante las acuciantes necesidades médicas.
