Médicos Sin Fronteras (MSF) llevó a cabo su primera intervención quirúrgica en Nigeria para ayudar a personas que sufren de noma, una infección desfigurativa y en ocasiones mortal, que afecta principalmente a niños pequeños. A finales de agosto, 19 pacientes en el Hospital Infantil para enfermos de noma en Sokoto, al noroeste de Nigeria, se sometieron a una cirugía reconstructiva que ayuda a mejorar no sólo su salud, sino también sus probabilidades de reinsertarse en la sociedad y vivir una vida normal.
¿Qué es el noma?
La mayoría de los pacientes que sufren de noma son niños menores de seis años cuyos sistemas inmunes se han debilitado debido a la malnutrición, en ocasiones en conjunto con sarampión. “El noma es causado por la mala higiene bucal y es exacerbado por la malnutrición severa, comúnmente asociada con la pobreza extrema” comentó Agatha Bestman, coordinadora médica de MSF en Nigeria.
La enfermedad comienza como una úlcera dentro de la boca. La úlcera se vuelve gangrenosa y, conforme va creciendo, destruye los huesos del rostro y los tejidos blandos.
Si no se trata, la enfermedad es fatal en un 90% de los casos.
Aún así, a pesar de sus severas consecuencias y de que es relativamente común en los países menos desarrollados, especialmente en África subsahariana, el noma no es ampliamente conocido y recibe muy poca atención pública.
“El noma crea grandes agujeros en el rostro, que pueden hacer que actividades normales como alimentarse sean bastante difíciles” comentó el Dr. Hans De Bruijn, cirujano de MSF. La cirugía corrige el problema. “Una cirugía para tratar el noma puede tardar hasta seis horas” agregó De Bruijn. “En algunos casos, todo lo que se necesita es un trasplante de piel. En otros, es necesario reconstruir partes del rostro.”
La cirugía: empezar una vida nueva.
El equipo de MSF especializado en cirugías encontró al llegar a más de 30 posibles pacientes esperando en Sokoto. El equipo seleccionó a más de 19 personas para realizarles cirugía reconstructiva, basándose en la complejidad de su condición, su salud en general y el tiempo disponible. Nueve de esos pacientes se sometieron a dos rondas de cirugía.
Okole Chukwumalinje, de 46 años, estaba en lista de espera desde enero de 2014. “Estoy agradecido de haber sido seleccionado para recibir una cirugía” dijo Okole.
“Espero que el tratamiento sea exitoso, así podré empezar una nueva vida y convertirme en misionero.”
El equipo de MSF está compuesto por un cirujano plástico, un cirujano maxilofacial, un anestesista, un asesor de anestesia, una enfermera anestesista y un enfermero de quirófano, que viajaron a Nigeria desde Alemania, Holanda y Zimbawe, respectivamente. Ellos trabajaron en conjunto con el equipo de MSF encargado del proyecto de noma en Sokoto y con el personal del hospital.
Antes de la cirugía, un equipo de salud mental de MSF trabajó con los pacientes y sus cuidadores para generar confianza, para apoyarlos al momento de comunicarse con el personal médico, y para ayudarlos a comprender el complicado procedimiento médico que representa una cirugía por noma. El equipo también trabajó con los pacientes más jóvenes para que puedan recuperar algunas habilidades sociales que pudieran haber perdido, pues quienes sufren de noma normalmente son rechazados por la sociedad. “Apoyar a una persona joven y a su familia a superar el impacto emocional de una desfiguración es una parte clave de la terapia” dijo Thomas Hoare, psicólogo de MSF
Aquellos pacientes con noma que no fueron seleccionados para someterse a cirugía en esta ocasión, tendrán otra oportunidad de recibir tratamiento facial reconstructivo cuando MSF abra su próximo proyecto de intervenciones quirúrgicas en Sokoto, a principios de 2016. A partir de ese momento, MSF planea realizar cirugías en Sokoto cuatro veces al año.