“Lo que estamos presenciando en el Mediterráneo es una crisis humanitaria”, afirma Paula Farias, coordinadora de las operaciones del nuevo barco de Médicos Sin Fronteras (MSF), bautizado como Dignity I. “Esta operación de rescate puede parecer diferente al resto de nuestros proyectos porque tiene lugar en el mar, pero nuestra prioridad es la misma que en Siria o Sudán del Sur: salvar vidas”, explica Farias.
Dignity I cuenta con una tripulación de 18 personas, entre las cuales hay un equipo médico. El barco, de 50 metros de eslora, salió del puerto de Barcelona el sábado 13 de junio, y tiene capacidad para acoger a 300 personas rescatadas del mar.
Este barco reforzará la operación de búsqueda y rescate de Médicos Sin Fronteras en el Mediterráneo. El MY Phoenix, gestionado por la organización maltesa Estación de Ayuda a Migrantes en el Mar (MOAS) y con equipos de Médicos Sin Fronteras a bordo para dar cuidados médicos tras el salvamento, empezó a navegar el pasado 2 de mayo y ha rescatado hasta ahora a 1.789 personas. El Argos, operado específicamente por Médicos Sin Fronteras, inició su intervención una semana después, el 9 de mayo, y hasta ahora ha rescatado a 1.242 personas.
En Italia, donde desembarcan la mayoría de los rescatados, MSF facilita cuidados médicos en el centro de recepción de Pozzallo, ciudad perteneciente a la provincia de Ragusa, en Sicilia, y provee de atención psicológica en todos los centros de recepción secundarios de la misma provincia. Un equipo de atención psicológica urgente, con mediadores culturales y un psicólogo, puede ser desplegado en menos de 72 horas cada vez que se recibe una alerta.
“Todo indica que el número de personas que intentan cruzar el Mediterráneo aumentará en las próximas semanas con la llegada del verano”, dice Farias, quien remacha: “La situación requiere una operación potente, con capacidad para asistir a estas personas y evitar que el Mediterráneo se convierta en un cementerio”.