En el marco de la respuesta a la epidemia de Ébola en Sierra Leona, Médicos Sin Fronteras ha lanzado junto al Ministerio de Salud la mayor campaña de distribución masiva de antimaláricos en el país.
La organización humanitaria ha repartido 1,5 millones de tratamientos entre los habitantes de la ciudad de Freetown, así como en cinco distritos de la periférica Zona Occidental. La campaña, que se llevó a cabo durante cuatro días, pretende prevenir tanto los casos de malaria como los casos febriles sospechosos de Ébola durante la temporada de mayor riesgo de transmisión de la malaria.
«En un país afectado por el Ébola, la malaria es una gran preocupación ya que las personas que están enfermas de malaria tienen los mismos síntomas que las que tienen Ébola. La mayoría de las personas van a los centros de tratamiento pensando que pueden tener Ébola cuando en realidad tienen malaria. Esto supone una gran carga para el sistema y un gran estrés para las familias «, dice Patrick Robataille, coordinador de terreno de MSF en Freetown.
Sierra Leona es el quinto país del mundo con mayor prevalencia de malaria. Esta enfermedad es la principal causa de mortalidad entre los menores de cinco años. Los síntomas de la malaria son fiebre alta, mareos, dolores de cabeza, dolores musculares y fatiga. Estos se asemejan a algunos de los síntomas de la etapa temprana de desarrollo del Ébola.
El medicamento administrado, artesunato-amodiaquina, se puede utilizar tanto en el tratamiento como en la prevención de la malaria. En el contexto de la epidemia de Ébola, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la administración de este medicamento para reducir la incidencia de la malaria y el número de casos febriles que requerirían pruebas de Ébola.
Esta es la mayor campaña de distribución de antimaláricos (para 1,5 millones de personas) durante una epidemia de Ébola y también la mayor jamás realizada en Sierra Leona. «La dimensión de esta campaña está en relación con la dimensión de la epidemia de Ébola. Es masiva «, dice Patrick Robataille.
Más de 6.000 personas han sido contratadas y formadas por MSF para distribuir los medicamentos antimaláricos de puerta en puerta. Después de recoger los antimaláricos en los centros de salud, los voluntarios para la distribución siguen las rutas asignadas y explican a la población el objetivo de la distribución y cómo debe administrarse el medicamento para prevenir la malaria. Cada hogar recibe los tratamientos antimaláricos apropiados para la edad de cada miembro de la familia. Los voluntarios marcan cada hogar visitado con una tiza y los equipos de MSF proporcionan supervisión y apoyo.
Los miembros de la comunidad se han mostrado muy receptivos. «Toda mi familia va a tomar los medicamentos. La mitad de nosotros tiene malaria en Sierra Leona», dice Humu Rahman Bangura, una enfermera de la comunidad Kroo Bay y que ha recibido también los medicamentos. Durante el pico de malaria, entre el 43 y el 46 por ciento de los niños en la Zona Occidental de Sierra Leona tienen fiebre en las dos semanas anteriores.
Kumba Umu Koroma, una enfermera en la comunidad Kroo Bay y voluntaria en la distribución, explica los motivos de la satisfactoria acogida de la campaña: «Hay personas que no tienen dinero ni siquiera para comprar los medicamentos contra la malaria. Así que si nos trasladamos casa por casa para suministrárselos, están contentos”.
Esta administración masiva de medicamentos antimaláricos forma parte de una estrategia más amplia para combatir el brote de Ébola que actualmente se expande de forma rápida por la Zona Occidental de Sierra Leona, un área densamente poblada, y pretende también responder a la crisis que sufre el sistema de salud. “Esperamos reducir la prevalencia y la incidencia de la malaria, pero también la sobrecarga en los centros de tratamiento de Ébola”, dice Marcus Bauchman, coordinador general de MSF en Sierra Leona.
Una segunda campaña de distribución masiva dará comienzo a principios de enero en Freetown y la Zona Occidental.