Desde febrero de este año Médicos Sin Fronteras (MSF) ha estado proporcionando asistencia médica a las más de 30.000 personas procedentes de Sudán del Sur que huyeron de sus casas hacia el estado de Nilo Blanco en Sudán. La mayoría de las personas llegan desde estado de Alto Nilo, que limita con Sudán al sureste. Desde que empezó el conflicto en Sudán del Sur, el 15 de diciembre de 2013, muchos sursudaneses se han visto obligados a desplazarse dentro de su propio país, y otros han buscado refugio en países vecinos. Las personas que llegan explican a nuestros equipos que han huido tras ser víctimas de un ataque o por miedo a ser atacados.
MSF, en colaboración con el Ministerio de Sanidad sudanés, está proporcionando atención médica y apoyo nutricional a las personas que llegan al estado de Nilo Blanco. Hasta la fecha, la organización ha realizado más de 36.174 consultas, ha vacunado a 2.333 niños menores de cinco años contra la polio, y a 8.566 niños menores de 15 años contra el sarampión tras dar positivo en su diagnóstico. Este enfoque preventivo ha ayudado a controlar los brotes de enfermedades en la zona.
“La mayoría de los que llegan son mujeres, niños y ancianos y lo hacen a pie o en transporte público. Como el estado de salud y nutricional de algunos de ellos no es bueno, realizamos consultas médicas y exámenes nutricionales a su llegada. A los niños con desnutrición severa se les registra de inmediato en el programa de nutrición terapéutica, mientras que los niños con desnutrición moderada reciben alimentación suplementaria,” explica el Dr. Amir Osman, responsable del equipo sanitario en el estado de Nilo Blanco.
En la actualidad, las 3.230 personas inscritas en el programa nutricional terapéutico de MSF son objeto de controles médicos regulares y reciben alimentos suplementarios. Dado el elevado número de mujeres que llegan, las embarazadas y las lactantes desnutridas también se ponen bajo observación. De momento, MSF ha practicado 2.111 controles prenatales y 152 partos seguros.
La mayoría de las personas del Nilo Blanco proceden de cuatro ciudades grandes, Waddakona, Kaka, Al-Renk, Malakal y sus alrededores. Todas ellas se marcharon debido a la inseguridad; algunas consiguieron salvar algunas de sus pertenencias, mientras que otras tuvieron que marcharse con lo puesto. “Caminé durantes tres días desde Waddakona, en el estado del Alto Nilo, hasta Kweik Norte, en Sudán, donde tuve que vender mis vacas, ovejas y cabras para conseguir dinero para cubrir mis otras necesidades,” cuenta Nyabok Adwok.* “Trabajaba de funcionaria y no dependía de nadie, ahora estoy en otro país y dependo de la ayuda externa,” añade.
La mayoría de las personas entró a Sudán a través de la zona al oeste del Nilo, asentándose en torno al área de Um Jalala, comúnmente conocida como ‘Kilo 10’ pero desde entonces han sido reasentadas en tres zonas transitorias, Jorai, El Kashafa y El Rades. Algunas entraron por el este del Nilo y se asentaron en una zona llamada Al-Alagaya. Estas zonas están cerca del Nilo para facilitar el trasporte fluvial, que es especialmente importante durante la época de lluvias, cuando las carreteras son impracticables y sólo pueden utilizarse barcas para cruzar el río y transportar los casos complicados hasta los hospitales en Kosti, la segunda capital del estado. En la zona de El Kashafa, MSF ha construido una clínica de 20 camas para poder responder rápidamente a los casos críticos y mediante clínicas móviles acceden a los que se dan en otros puntos de tránsito, situados a 7 y 15 kilómetros de distancia, respectivamente.
Las necesidades médicas de la población son obvias; de media, MSF realiza más de 4.300 consultas al mes y refiere unos 15 casos a Kosti. Además, las condiciones de vida son de hacinamiento: de seis a siete personas deben vivir en un solo Tukul (choza), construido para albergar a un máximo de ods o tres personas. El hacinamiento favorece la propagación de enfermedades transmisibles, como las infecciones de las vías respiratorias, una de las enfermedades principales que tratan los equipos de MSF en Nilo Blanco. Para ayudar a impedir la propagación de enfermedades transmisibles, así como las enfermedades asociadas al agua, la higiene y el saneamiento, MSF ha creado grupos de promotores de salud comunitaria para llevar a cabo actividades de educación para la salud.
Las intensas lluvias puede que hagan desistir a un gran número de personas de abandonar sus hogares puesto que la mayoría no puede cruzar a Sudán por un río crecido. Sin embargo, siempre que estalla un renovado brote de violencia en partes de Sudán del Sur fronterizas con Sudán, un gran número de personas emprende la huida rumbo al país vecino. A apenas unos pocos kilómetros una frontera ahora inundada separa a dos países que hasta hace poco más de tres años eran sólo uno. No obstante, a pesar de la frontera, las cosas en común y las relaciones mutuas entre aquellos que llegan y las comunidades anfitrionas han facilitado la aceptación, y las dos poblaciones conviven pacíficamente. Algunos incluso dicen que la comunidad anfitriona está contenta de poder proteger a sus vecinos de Sudán del Sur, creando una situación segura y favorable para la provisión de ayuda.