La implicación de las comunidades es crucial para llegar al mayor número posible de niños en las zonas más remotas. Al mismo tiempo, con el objetivo de hacer frente a las principales enfermedades que afectan a la población infantil, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha incluido el diagnóstico de la desnutrición y vacunación.
“El jefe de la comunidad nos informó del programa que protegía a los niños menores de 5 años contra la enfermedad del mosquito y nos animó a ir” explica una madre del área de salud de Karofane, en el Distrito de Bouza al sur de Níger, donde MSF lleva a cabo un programa de quimioprevención contra la malaria estacional (SMC en sus siglas en inglés). “El año pasado mis hijos sufrieron mucho por la malaria. Incluso uno de ellos enfermó tanto que lo hospitalizaron. Este año están bien.” MSF proporciona tratamiento preventivo a unos 735.000 niños menores de entre tres meses y cinco años en Níger, Chad y Mali entre los meses de Julio y Septiembre.
“Este año hemos atendido a más del doble de niños de los que atendimos el año pasado y hemos llegado a más zonas” explica Alena Koscalova, médica y referente de SMC de MSF. En los meses de julio, agosto y septiembre los equipos de MSF han proporcionado tratamiento quimiopreventivo a unos 80.000 niños en Chad, más de 175.000 en Mali y más de 480.000 en Níger. La SMC consiste en una combinación de sulfadocina-pririmetamina y amodiaquina que se suministra a niños menores de 5 años durante tres días, a razón de una vez al mes, en los meses de la época de lluvias, de julio a octubre, cuando el riesgo de trasmisión de la enfermedad es más elevado.
“La terapia combinada para la malaria ha demostrado reducir considerablemente el riesgos de resistencia al tratamiento” afirma Cristian Casademont técnico sanitario de MSF. Estudios recientes demuestran que el método preventivo reduce los casos de malaria simple y severa, así como los ingresos hospitalarios.
Implicación de la comunidad
La puesta en marcha de campañas a gran escala “es un gran reto logístico, médico y comunitario” comenta Adolphe Mausid, enfermero y coordinador del proyecto que MSF tiene en Bouza, Níger, quien destaca que “la implicación y coordinación con las autoridades sanitarias y comunitarias es fundamental. Sin ellos, no habría sido posible. Nos han ayudado a acercarnos a la población, a aumentar la confianza de las comunidades y su colaboración con el programa SMC.”
MSF ha formado y desplegado a más de 4.000 agentes comunitarios en las aldeas para animar a los padres a que lleven a sus hijos a los puntos de distribución y asesorarles sobre la forma de suministrar los fármacos. Gracias a las estrategias de distribución: puntos fijos en centros de salud, puntos fijos avanzados en las casas de los jefes de las aldeas, así como la distribución puerta a puerta, se ha conseguido que la mayoría de la población infantil de la zona reciba tratamientos.
En estos puntos de distribución las madres reciben la dosis mensual de SMC que se toma durante tres días, la primera de la cual suministran in situ al niño, y reciben formación sobre cómo dar las otras dos en casa. “Este año hemos hecho grandes avances en las demostraciones prácticas” explica Koscalova, “han participado más mujeres, lo que nos ha permitido pasar mejor el mensaje y que las dosis del SMC se suministren correctamente. Es muy importante que conozcan bien el programa y tomen conciencia de su importancia” afirma la epidemióloga de MSF.
Malaria, una amenaza para 23 millones de niños del Sahel
La enfermedad causada por el parásito Plasmodium, trasmitido al hombre por la picadura del mosquito hembra Anópheles. Alrededor de 23 millones de niños del Sahel corren el riesgo de contraer la enfermedad. El tratamiento quimiopreventivo de la malaria estacional, recomendado por la Organización Mundial de la Salud para la población infantil de entre 3 y 59 meses en la zona de la subregión del Sahel, “ha demostrado ser una estrategia eficaz y segura” afirma Koscalova.
En los tres últimos años, los Ministerios de Salud de países como Burkina-Faso, Mali, Níger Gambia, Ghana, Guinea Bissau, Guinea Conakry, Nigeria, Senegal, Chad y Togo han incluido en sus Programas Nacionales de la Lucha contra la Malaria la implementación de los programas de SMC.
Mayor impacto con terapias combinadas
La combinación malaria y desnutrición es letal en los menores de 5 años, por ello con el objetivo de reducir la mortalidad infantil, MSF completa sus campañas de SMC con la detección y tratamiento sistemáticos de la desnutrición infantil y vacunación.
Este año 2014, “se ha incluido como novedad la actualización de la cartilla de vacunas de los niños” explica Estrella Lasry, médica experta en medicina tropical de MSF. “En Chad, además del tratamiento preventivo contra la malaria, también se ha vacunado contra la polio, la difteria, el tétanos, tosferina, hepatitis B y la gripe en la población, todo con el objetivo de mejorar la salud de los niños”. Al mismo tiempo, se incluyó en el programa la distribución de alimentos terapéuticos preparados (ready-to-use therapeutic food o RUTF, en sus siglas en inglés) entre los niños de 6 y 24 meses.
A su vez, MSF distribuye mosquiteras tratadas con insecticida ya que son un medio importante para controlar la malaria. La organización instruye en su uso sobre todo a mujeres embarazadas y niños menores de 5 años, los dos grupos más vulnerables.
La malaria es transmitida por mosquitos infectados. Los síntomas son fiebre, dolor articular, cefaleas, vómitos, nauseas, convulsiones y, en casos graves, coma. La forma más severa la causa en la mayoría de los casos por el parásito Plasmodium falciparum, que daña los órganos y es mortal si no se trata. En 2012, MSF utilizó por primera vez una estrategia de quimioprevención estacional en Chad y en Mali. En 2013, esta estrategia fue aplicada en Níger. MSF trató en todos sus proyectos a 1.871.200 pacientes con malaria en 2013.