Desde sus inicios, Médicos Sin Fronteras (MSF) ofrece ayuda de emergencia a desplazados, tanto externos (refugiados) como internos. Una de nuestras primeras intervenciones a gran escala en una crisis de refugiados tuvo lugar en 1975, cuando cientos de miles de camboyanos huyeron del régimen de los Jemeres Rojos.
Hoy, MSF tiene proyectos de asistencia a refugiados y desplazados internos en más
de 30 países, desde Filipinas hasta Sudán del Sur.
La atención médica a los desplazados encabeza la labor de MSF, pero también la salud de las mujeres. Las mujeres desplazadas son incluso más vulnerables cuando los mecanismos de apoyo social colapsan y el acceso a la asistencia sanitaria se vuelve difícil.
Este informe se centra en los problemas médicos más importantes que sufren las
niñas y mujeres desplazadas, sobre todo urgencias obstétricas y violencia sexual.Atender a las mujeres que sufran estos dos problemas tan graves es una prioridad para MSF en cualquier crisis de desplazados.
La atención obstétrica de emergencia y la respuesta a la violencia sexual forman parte del paquete básico de salud reproductiva en situaciones de crisis, un conjunto de actividades prioritarias definidas por las agencias internacionales para minimizar la mortalidad y la morbilidad.
Una vez que estos servicios médicos esenciales quedan garantizados, MSF puede dedicarse a paliar otros problemas médicos de las mujeres desplazadas, como el acceso a la planificación familiar y la atención a los recién nacidos.