Tras unos días en los que las fuerzas internacionales han estado ocupadas en tratar de desarmar a los distintos grupos enfrentados, y en los que una tensa calma reinaba sobre Bangui, la violencia ha regresado con fuerza a la capital de la República Centroafricana. Los equipos de Médicos Sin Fronteras presentes en la ciudad llevan desde el pasado día 20 haciéndose cargo de nueva oleada de heridos; casi 200 en apenas 4 días. Este nuevo brote de violencia ha llevado a miles de personas a huir de nuevo de sus casas para tratar de buscar refugio en los diferentes campos de desplazados que hay en Bangui. MSF, que trabaja en esos campos, advierte de que las condiciones de vida en todos ellos son absolutamente deplorables.
Esta nueva oleada de violencia es el último estallido por el momento de la serie de enfrentamientos que comenzaron el pasado 05 de diciembre en Bangui. A lo largo de los últimos días, los equipos de MSF han llegado a atender a más de 190 heridos en el Hospital Communautaire, el principal centro médico de Bangui y uno de los lugares desde los cuales MSF está coordinando su respuesta a la emergencia.
«En los días previos al 20 de diciembre se había observado una reducción de la violencia. Durante 3 o 4 días recibimos bastantes menos heridos y constatamos un importante descenso en el número de pacientes que presentaban impactos de bala», explica Jessie Gaffric, coordinadora de MSF en el hospital Communautaire. «Sin embargo, desde hace cuatro días, todo ha vuelto a empeorar. El día 20 recibimos 49 heridos de bala y ahora seguimos recibiendo aproximadamente unos 15 al día.
Cada vez son más las personas que se ven obligadas a huir de sus hogares para buscar refugio en los diversos campos de desplazados de la ciudad. El personal sanitario de MSF ha constatado cómo el número de infecciones de las vías respiratorias inferiores se ha duplicado en las últimas jornadas. En la clínica instalada por MSF en el campo de desplazados del aeropuerto de Bangui, un 16 % de las 450 consultas diarias se asocia ahora con estas infecciones.
«La falta de asistencia, sobre todo de refugio, hace que la gente esté enfermando», alerta Hurum Lindis, coordinadora de MSF en el aeropuerto de Bangui. «La mayor parte de los pacientes que nos llegan viene con problemas claramente causados por el deterioro de las condiciones de vida en el campo de desplazados. Insistimos una vez más en que es absolutamente necesario que se intensifiquen los esfuerzos por parte de las otras organizaciones presentes en el país. Es muy importante que se hagan esfuerzos y que se tomen medidas para mejorar las condiciones de vida en los campos de desplazados. Estas personas siguen sufriendo y si nadie lo remedia seguiremos viéndonos obligados a atender miles de pacientes que sufren en sus propias carnes las consecuencias directas de la falta de asistencia», concluye Lindis.
Presente en RCA desde 1997, MSF actualmente gestiona siete proyectos regulares (en Batangafo, Boguila, Carnot, Kabo, Ndélé, Paoua y Zemio) y cuatro proyectos de emergencia (en Bangui, Bossangoa, Bouca y Bria). Además, un equipo de emergencia móvil cubre las zonas de Bouar, Yaloké y los campos de desplazados de Bangui. De ahora a finales de año, MSF espera poder iniciar actividades en los hospitales de Bangassou y de Ouango. En total, MSF ofrece asistencia médica gratuita a unas 400.000 personas; con una capacidad hospitalaria de unas 800 camas; trabaja en siete hospitales, dos centros de salud y 40 puestos de salud. Más de 100 trabajadores expatriados y unos 1.100 nacionales configuran sus equipos.