Las agencias humanitarias de las Naciones Unidas (ONU) decidieron ayer movilizar más medios y recursos para responder a la crisis humanitaria en la República Centroafricana (RCA). Según la organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF), que ha enviado hoy una carta abierta a Valérie Amos, Secretaria General Adjunta de la ONU y encargada de Asuntos Humanitarios, esta es una decisión que llega demasiado tarde y lo importante ahora es que estos medios y recursos se concreten sobre el terreno. Las agencias de las ONU tienen que aportar una respuesta adaptada a la gravedad de las necesidades. Y tienen que hacerlo ya, explica Raquel Ayora, directora de operaciones de MSF.
Tras varios meses en los que la situación humanitaria se ha degradado gravemente, a estas alturas se debería haber hecho mucho más. Es una decisión que llega muy tarde. Ahora debe pasarse de las palabras a los hechos y dar un giro radical e inmediato en la manera en la que las agencias humanitarias de Naciones Unidas están respondido a esta crisis, continúa Raquel Ayora.
Las 30.000 personas que se han refugiado en el aeropuerto de Bangui sobreviven como pueden. MSF les está prestando asistencia médica y ha alertado en varias ocasiones de esta situación a las agencias de la ONU, pidiendo que se repartiera de manera inmediata comida, tiendas y material de higiene. Sin embargo, hasta el momento, no ha habido ninguna respuesta concreta por parte de las agencias de la ONU.
En Yaloké y en Bouca, donde la situación es crítica desde hace meses, y a pesar de las repetidas denuncias y peticiones de MSF, las agencias de la ONU aún no han intervenido.
Hay dos ejemplos recientes que ilustran esta situación: MSF ha pedido reiteradamente a las agencias de la ONU que repartieran comida, tiendas y jabón para más de 15.000 personas desplazadas en los alrededores del aeropuerto de Bangui, sin que haya habido reacción alguna por parte de las agencias de la ONU; mientras, en Bossangoa, los trabajadores humanitarios de la ONU, que estaban encerrados por seguridad dentro del edificio de FOMAC, ni siquiera dieron asistencia a los desplazados que se cobijaban dentro del mismo edificio, forzando a MSF a intervenir una vez más. Tras los enfrentamientos en Bossangoa, el personal de la ONU siguió encerrado dentro del edificio por motivos de seguridad durante varios días, abandonado a más de 30.000 desplazados en los campos principales de Bossangoa, mientras MSF y Acción Contra el Hambre trabajaban para tratar de dar la respuesta de emergencia necesaria.
Las actividades de las agencias de la ONU han sido hasta el momento insuficientes y se han visto interrumpidas en varias ocasiones. Además, sus equipos se han retirado en varias oportunidades durante los últimos meses, a veces por largos periodos de tiempo, interrumpiendo la respuesta a las necesidades de las poblaciones centroafricanas. Pese a los grandes esfuerzos hechos por MSF y las pocas organizaciones presentes, estamos muy lejos de poder cubrir todas las necesidades. Las agencias de Naciones Unidas deben dar una respuesta sólida y concreta que esté a la altura de las necesidades, afirma Ayora.
MSF lleva meses, incluso años, alertando a la comunidad internacional de que la situación humanitaria que vive la RCA es catastrófica, y ha demostrado que es posible trabajar y seguir con las actividades humanitarias en todo el país a pesar de las difíciles condiciones de seguridad.