La última semana, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) han tratado a 30 nuevos heridos, 13 de los cuales con heridas de bala, y los evacuó a la ciudad cercana de Abeche para cirugía de urgencia. Se trata del mayor número de heridos que MSF ha visto en los últimos dos meses.
En abril, MSF abrió un proyecto de emergencia en Tissi, al sudeste de Chad, para dispensar asistencia médico-humanitaria a los refugiados sudaneses y a los retornados chadianos afectados por los enfrentamientos en Darfur. La crisis humanitaria es el resultado directo del deterioro de la situación de seguridad en algunas zonas del centro de Darfur, que ha provocado el desplazamiento de unas 50.000 personas a Chad desde principios del año.
En los últimos tres meses, MSF ha tratado a más de 80 pacientes heridos de bala. El nivel de violencia es extremadamente preocupante y nuestro equipo suele trabajar contrarreloj las 24 horas para estabilizar y referir a los pacientes con heridas de consideración, explica Jason Mills, Jefe de Misión de MSF en Chad.
MSF está gestionando un servicio de salud en la ciudad de Tissi, donde, además de los heridos, han sido tratadas más de 3.500 personas con diarrea, infecciones respiratorias y desnutrición. Debido al inicio de la época de lluvias, al equipo también le preocupa la inminente estación de la malaria. Actualmente, MSF está llevando a cabo unas sesiones de prevención de la malaria para residentes locales y con la ayuda de una red de promotores de salud comunitarios está monitoreando la situación sanitaria en general para la población local en la ciudad de Tissi, así como para los retornados que se han asentado en las aldeas de los alrededores.
Un segundo equipo de MSF está ahora dispensando atención primaria de salud en el campo de refugiados de Ab Gadam, a 20 kilómetros al oeste de Tissi, donde 17.000 refugiados han sido reubicados por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados. A principios de agosto, MSF abrirá un departamento de hospitalización para dispensar atención secundaria de salud en el campo los dos próximos meses.
Las lluvias han hecho que las carreteras sean impracticables, lo que dificulta que los camiones cisterna puedan llegar al campo de Ab Gadam y deja a los refugiados con poca o sin agua potable. A mediados de julio la situación alcanzó un punto critico cuando la cantidad de agua disponible descendió a menos de un litro por persona y día, una cantidad muy por debajo del estándar internacional establecido de 20 litros por persona y día. El 21 de julio, el equipo de MSF puedo rehabilitar una presa cerca del campo y distribuir 200.000 litros durante los tres días siguientes, incrementando la cantidad de agua a 7 litros por persona y día a partir del 23 de julio. MSF está haciendo considerables esfuerzos para mejorar el suministro de agua en el campo, y construir letrinas para prevenir brotes de cólera y de hepatitis-E, declara Turid Piening, asesora de salud de MSF para Chad.
A pesar de los retos logísticos, MSF pretende seguir con su respuesta de emergencia en la zona de Tissi por lo menos hasta el final de la época de lluvias en octubre.
Mahamat* historia de un paciente de Chad
Tengo 20 años y soy de Um Dukkum en Sudán. Debido al conflicto en mi ciudad, huí con mi familia a otra ciudad llamada Maradef. Pero los enfrentamientos se propagaron a Maradef durante la última semana de julio cuando la ciudad fue atacada por un grupo de hombres armados que llegaron en pick-ups. Mi hermano y yo nos defendimos, pero durante la primera noche de enfrentamientos resulté herido. Como no pude conseguir tratamiento en el hospital local al día siguiente cruzamos la frontera hasta el puesto de salud de MSF en Um Dukum, Chad, donde el equipo sanitario de MSF me trató. Me dijeron que debido a mis heridas tenía que trasladarme al hospital de Tissi lo antes posible. MSF me dio dinero para poder alquilar una motocicleta. Tardamos mucho tiempo en llegar porque las carreteras estaban inundadas pero finalmente logramos llegar al hospital. Estoy muy agradecido a MSF por pagar por el transporte y estoy satisfecho con la atención que he recibido.
Hassan*- historia de un paciente de Chad
Tengo 25 años y antes de que el conflicto estallase en mi región vivía con mi familia en Um Dukkum, Sudán. Hace un par de meses una tribu llamada Misseriya quemó nuestra casa y robó todas nuestras pertenencias. Algunos miembros de mi familia murieron, mi hermano mayor perdió a dos hijos; mi tía perdió a un hijo y en medio de la confusión otro desapareció. Al día de hoy no sabemos si el niño está vivo o muerto. Tras el ataque, nuestra familia se fue a Maradef, pero a finales de julio los Misseriya atacaron Maradef. Los hombres iban armados hasta los dientes y yo participé en los enfrentamientos. Docenas de personas murieron y muchas resultaron heridas. Fui alcanzado por una bala en la parte de arriba de la espalda. Como no estaba herido de gravedad pude cruzar la frontera y entrar en Chad a pie, pero otros heridos viajaron en caballo o carreta. Caminamos durante 10 horas antes de que un vehículo de MSF nos viese y nos recogiese. Ahora me estoy recuperando, pero cuando esté mejor seguiré defendiéndome, puesto que este conflicto me ha tocado a nivel personal.
*No son sus nombres reales