Médicos Sin Fronteras (MSF) está atendiendo a los supervivientes de un ataque a la población de Mpeti, en la convulsa región de Kivu Norte, República Democrática del Congo. El pueblo, en el que viven alrededor de un millar de personas, fue atacado la semana pasada por hombres armados con bayonetas, machetes y palos. MSF condena este nuevo ataque a la población civil, entre cuyas víctimas se encuentran esta vez también niños, en los Kivus.
Las víctimas del ataque fueron atendidas en el hospital de Mweso, a 40 kilómetros de la población, y entre los supervivientes se encuentran dos niños pequeños. Uno de ellos quedó huérfano tras el brutal ataque. La madre y el hermano pequeño (un bebé de 18 meses) del segundo niño fueron también asesinados.
Recibimos a dos niños pequeños, con heridas de arma blanca en el pecho, en la espalda y en la cabeza. Hemos tratado también a un hombre adulto con heridas de cuchillo o machete en el cuello y en la espalda. De momento se encuentran estables y esperamos que se recuperen, explica el cirujano Martin Jarmin.
MSF presta sus servicios a un centro de salud en Mpeti que trata alrededor de 300 pacientes por semana, principalmente afectados por Malaria. Desde principios de año, los combates y la inseguridad en la zona han impedido el acceso de los equipos a los pacientes en frecuentes ocasiones. Los combates entre milicias que controlan diferentes zonas del área han ocasionado desplazamientos de la población. La población de Mpeti se encuentra completamente desierta ahora.
Los supervivientes del ataque explicaron que el objetivo del grupo armado eran únicamente los civiles y que después de la masacre, los atacantes arrojaron los cuerpos al río.
Este fue un ataque deplorable y brutal en el que niños de corta edad se convirtieron en dianas y cuyos padres fueron asesinados, dice Hugues Robert, coordinador de proyectos de MSF en Goma. MSF condena en los términos más rotundos los ataques contra civiles. Creemos que han sido muchas las víctimas civiles, que han muerto por sus heridas o porque no pudieron recibir atención médica inmediata tras el ataque. Tememos que los que hemos tratados sean sólo una minoría.