Con la llegada de los rebeldes a las afueras de la capital de la provincia de Kivu Norte, en República Democrática del Congo, decenas de miles de personas han huído del conflicto, dejando las aldeas y campos de refugiados vacíos.
«El ambiente en la ciudad es tenso. La gente está preocupada «, explica Grace Tang, coordinadora general de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Goma. «La lucha, que durante meses obligó a cientos de miles de personas a abandonar sus hogares ahora llama a las puertas de la ciudad».
El campo de desplazados de Kanyaruchinya, donde MSF estaba trabajando, ahora está vacío. Sus cerca de 60.000 habitantes han huído presas del pánico. Muchos de ellos han conseguido llegar a los campos de Mugunga I, Mugunga III y Lac Vert. Otros se han dirigido al sur, hacia los campamentos Minova y Kirotche, en la vecina provincia de Kivu Sur.
Según el personal médico, miles de personas han ido llegando desde ayer pidiendo registrarse con urgencia. Las condiciones en muchos campamentos son pobres, con escasa distribución de alimentos. Los campos de Lac Vert y Mugunga I están recibiendo el apoyo de MSF, que presta servicios de salud, agua y saneamiento.
Los equipos de MSF de la zona se mantienen alertas para responder ante necesidades médicas y humanitarias adicionales. Además, se está preparando un equipo médico suplementario, incluyendo cirujanos, en previsión de que puedan producirse nuevos combates y desplazamientos.
El centro de tratamiento de cólera en Goma también está preparado para recibir nuevos casos, ya que decenas de miles de personas llegan y se instalan en la ciudad y sus alrededores.
Desplazados en Pinga
En la ciudad de Pinga, más al norte de la provincia de Kivu Norte, la violencia ha vuelto a incrementarse, y de nuevo, las poblaciones huyen en busca de seguridad. La semana pasada el conflicto armado volvió a afectar a esta población, lo que obligó a 20.000 habitantes y a la mayoría de los profesionales congoleños que trabajan con MSF a huir por segunda vez en seis semanas.
Los grupos armados reanudaron sus enfrentamientos en los últimos días, sembrando el pánico en toda la región. Temiendo por sus vidas, la gente tomó lo que podían llevar consigo y corrió hacia los bosques cercanos.
Lejos de sus hogares y aldeas, la población tiene extremadamente limitado su acceso a la atención sanitaria. Algunos de los heridos en los enfrentamientos fueron trasladados al hospital gestionado por MSF en Mweso, a 50 kilómetros al norte de Goma. Allí, los médicos trataron a 24 pacientes con heridas de origen violento. Otros 12 lograron llegar al centro de salud Mpeti, a 18 kilómetros de Pinga.
«Este tipo de violencia y de éxodo masivo está ocurriendo en toda la provincia de Kivu Norte. Estamos tratando de responder de la mejor manera posible en medio de circunstancias muy complicadas y desafiantes «, explica Tang.
Un equipo de profesionales médicos de MSF permanece en Pinga, y está tratando de mantener algunos de los servicios disponibles en el centro de salud y en el hospital de la ciudad. Por seguridad, se refugian en una habitación protegida cuando la violencia se vuelve demasiado intensa. Las visitas de apoyo a los centros de salud en los pueblos cercanos están descartadas de momento por el peligro que entrañan.
El actual conflicto en el este de la República Democrática del Congo continúa elevando los niveles de violencia y desplazamiento de la población, generando enormes necesidades humanitarias. MSF atiende a miles de personas de forma gratuita cada mes en toda la provincia de Kivu Norte, en varios hospitales y centros de salud de Rutshuru, Masisi, Mweso, Kitchanga, Walikale, Muganga I, Lac Vert, Kanyaruchinya y Pinga. También hay varios Centros de Tratamiento de Cólera, clínicas móviles y acciones en respuesta a emergencias.