El conflicto que desde enero de 2012 enfrenta a las fuerzas del gobierno y los rebeldes tuareg en el norte de Malí ha obligado a más de 28.000 personas a buscar refugio al otro lado de la frontera de su país con la vecina Mauritania. Privados de los medios de subsistencia más básicos, algunos de estos refugiados han tenido que desplazarse durante días antes de llegar a los campos improvisados de Fassala y Mbéré, en el sureste de Mauritania.
Desde principios de febrero, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha desplegado equipos de emergencia para asistir a los malienses que buscan refugio en otros países de la región. La organización ha fletado un avión con 26 toneladas de material médico y logístico rumbo al aeropuerto de Néma, a 200 kilómetros del campo de Mbéré, donde MSF se dispone a iniciar actividades médicas. Nos encontramos en pleno desierto, en una zona donde el agua es un bien escaso y donde las poblaciones viven aisladas: aquí se tarda unas seis horas en recorrer la distancia al hospital más próximo, explica Marie-Christine Férir, coordinadora de emergencia de MSF en Mauritania.
La inseguridad alimentaria constituye una amenaza tanto para los refugiados como para las poblaciones locales, pues la llegada de personas en condiciones precarias supone una carga adicional para una población que lleva meses siendo castigada por la sequía y las malas cosechas. Además, entre los refugiados hay muchas mujeres embarazadas y niños con desnutrición moderada y severa, lo cual complica aún más la situación. Es crucial que los niños más pequeños, que son particularmente vulnerables a sufrir enfermedades como sarampión, diarrea o infecciones respiratorias, tengan acceso a atención médica gratuita, añade Férir.
Sabiendo que el hospital más cercano se encuentra a 200 kilómetros, una de las prioridades de MSF será ofrecer una atención médica rápida y estabilizar los casos más graves antes de referirlos al hospital de Néma. La instalación de un centro de salud en el campo de Mbéré permitirá a los equipos médicos prestar atención sanitaria y detectar los casos de desnutrición entre la población infantil, identificando a los niños que se encuentren en situación de riesgo. También se ofrecerán servicios gratuitos de atención primaria, controles prenatales y campañas de vacunación de sarampión en caso necesario.
Desde principios de febrero, personal médico de emergencia de MSF está respondiendo a las necesidades médicas de refugiados malienses en Níger y Burkina Faso. La organización también trabaja en el norte de Malí, donde ofrece atención primaria de salud a la población desplazada por los combates. Independientemente de la situación de los refugiados, MSF también evalúa la situación nutricional en Malí,Burkina Faso, Níger, Senegal, Chad y Mauritania.