Mientras sigue habiendo violentos combates en el norte de Afganistán, la organización médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) ha abierto un hospital de 55 camas en la provincia de Kunduz. El centro dispensa atención quirúrgica urgente y postoperatoria a heridos graves.
Los combates en Kunduz este último año han sido la causa de que un gran número de personas con heridas de bala, metralla o por explosión de bomba acudan en busca de atención quirúrgica especializada.
El nuevo hospital, que abrió sus puertas el pasado 29 de agosto, es el único centro de esta clase en el norte de Afganistán, y está equipado con una sala de urgencias, dos quirófanos, una unidad de cuidados intensivos, un servicio de radiología y un laboratorio. El centro cuenta con salas separadas para hombres y para mujeres.
Los servicios de MSF son totalmente gratuitos y están disponibles para cualquiera que cumpla los criterios de admisión, es decir todo aquel con heridas debidas a accidentes o actos violentos. «La única etiqueta que utilizamos es la de paciente, explica el doctor Dorian Job, coordinador médico de MSF en Afganistán. Todos los heridos tienen derecho a recibir tratamiento médico y no hacemos distinción entre civiles o combatientes.
En todos los lugares donde trabaja MSF en Afganistán, se prohíbe la entrada con armas a fin de garantizar la seguridad de los pacientes. Es fundamental que no haya personas armadas en las estructuras médicas; su presencia podría convertir a las mismas en blanco de ataques.
Por su parte, todas las partes implicadas en el conflicto tienen el deber de respetar las normas del Derecho Internacional Humanitario, incluidas las referentes a la protección y el respeto de las estructuras médicas, del personal sanitario y de los pacientes.
Los equipos de MSF también trabajan en el hospital Ahmed Shah Baba, en el este de Kabul, y en el hospital Boost de Lashkargah, provincia de Helmand. En ambos lugares, MSF presta atención médica de urgencia gratuita y da asistencia a todos los servicios hospitalarios.
MSF depende únicamente de donaciones privadas para su trabajo en Afganistán y no acepta fondos de ningún gobierno.