La organización internacional médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) evacuó hoy al equipo que estaba trabajando en la ciudad de Zintan, en el oeste de Libia, luego de repetidos bombardeos en la zona.
El centro de la ciudad ha sido bombardeado cada tarde en los últimos días, con algunos misiles aterrizando a sólo 100 o 200 metros del hospital, dijo el Dr. Morten Rostrup, médico de la unidad de terapia intensiva de MSF. No fueron reportados heridos graves.
MSF comenzó a trabajar en Zintan en marzo. Un equipo de cinco personas, compuesto por un cirujano de guerra, un médico de terapia intensiva y dos enfermeras, ha estado apoyando al hospital local desde hace un mes, recibiendo a pacientes heridos en enfrentamientos entre fuerzas leales a Muammar el Gadafi y los insurgentes, en la región de las montañas de Nafusa.
Desde el 30 de abril, más de 120 heridos han sido admitidos en el hospital, donde MSF también brindó entrenamiento, equipamiento médico y medicinas.
Tanto a comienzos de abril como en los últimos días, el personal de MSF ha sido testigo de bombardeos indiscriminados de la ciudad por parte de fuerzas pro-Gaddafi.
Los bombardeos recientes hacen al hospital inaceptablemente inseguro y el equipo de MSF ya no puede trabajar allí, explico el Dr. Rostrup. Hemos tenido que remover a nuestro equipo médico de Zintan.
MSF denuncia el bombardeo indiscriminado de la ciudad de Zintan y sus consecuencias en la población civil. La organización también solicita que las facilidades médicas sean respetadas y que el personal médico y los vehículos que llevan pacientes sean protegidos.
A pesar de la evacuación del personal, el hospital de Zintan sigue funcionando y MSF continúa proveyendo el material necesario. La organización planea retomar su actividad en cuanto las circunstancias lo permitan.
Preocupación por refugiados
En los últimos días ha sido reportado que familias libias escaparon de Zintan, cruzando la frontera con Túnez, en Dehiba. Desde abril, más de 50.000 libios escaparon del conflicto y encontraron refugio a lo largo de la frontera libio-tunecina. Tataouine, una ciudad de 60.000 personas, ha acogido a más de 30.000 refugiados provenientes de Libia. MSF está brindando asistencia médica y mental a esta población refugiada, y ayudando a las estructuras locales de salud a lidiar con el incremento de necesidades médicas.
MSF también ha expresado inquietud por la situación de los refugiados llegados de Libia, ante la escalada de violencia de los últimos días en uno de los campos de refugiados en la frontera con Túnez.
Cientos de miles de refugiados han pasado por el campo de Shousha desde que estalló hace ya tres meses el conflicto libio, pero unas 4.000 personas – la mayoría de origen subsahariano – no pueden ser repatriadas a sus países de origen debido a la situación de inseguridad e inestabilidad que existe en todos ellos.
Durante la noche del pasado domingo, un incendio de origen desconocido se propagó por el asentamiento, acabando con la vida de cuatro refugiados y destruyendo más de 20 tiendas. El futuro de todos estos refugiados es más que incierto, ya que están alojado en estructuras temporales y expuestos a la violencia que los rodea.
La semana pasada, en una carta abierta publicada el 19 de mayo, MSF alertó a los mandatarios de los Estados europeos implicados en la guerra en Libia de la situación tan atroz a la que se enfrentaban los migrantes y refugiados que huían del conflicto, criticando la falta de coherencia de las políticas migratorias europeas y la lucha de egoísmos de los Gobiernos de los países europeos que están involucrados en la guerra contra el régimen de Muammar el Gadafi.