Somalia: vacunas en medio de la guerra

A pesar de la violencia contra la población y las organizaciones humanitarias, los trabajadores somalíes de MSF vacunan a miles de niños, jugándose la vida en muchos casos. Aunque el conflicto en Somalia castiga severamente a la población e impide el acceso de los trabajadores humanitarios a las personas que necesitan atención, el personal nacional […]

A pesar de la violencia contra la población y las organizaciones humanitarias, los trabajadores somalíes de MSF vacunan a miles de niños, jugándose la vida en muchos casos.

Aunque el conflicto en Somalia castiga severamente a la población e impide el acceso de los trabajadores humanitarios a las personas que necesitan atención, el personal nacional de Médicos sin Fronteras sigue luchando por atender a las víctimas de la violencia.
Durante la última semana, MSF pudo comprobar cómo sus instalaciones en el distrito de Yaqshid, al norte de la capital, Mogadiscio, habían sido totalmente saqueadas, incluyendo el centro de Salud de Karan, el Hospital Pediátrico de Abdel Aziz y nuestra oficina. Después de 17 años trabajando en esa zona de la capital somalí, 97 empleados y sus familias han tenido que huir por primera vez en mucho tiempo para proteger sus vidas junto a otras 230.000 personas aproximadamente que vivían en la zona. Afortunadamente, gracias a la pericia de nuestro personal, y al apoyo de otros compañeros de MSF, se logró poner a salvo la mayoría de nuestros medicamentos y material logístico en un movimiento audaz a través de la ciudad teniendo que pasarpor innumerables controles impuestos por los grupos armados. Así mismo, un centro nutricional de MSF en Jilib, (en el valle del Bajo Juba) fue saqueado la semana pasada, dejando a más de 300 niños con desnutrición severa sin atender.

Para Mónica Camacho, coordinadora general de la misión de MSF-España en Somalia, lo más difícil consiste en garantizar el acceso a la población, ya que la situación del conflicto es muy cambiante y cada grupo armado impone sus normas y su control sobre diversas zonas. El respeto a los trabajadores humanitarios no siempre se garantiza. “Desde el mes de abril, ha habido un deterioro considerable de la situación en la ciudad de Mogadiscio, forzando a muchas personas a salir de allí sin perspectivas de una vuelta próxima. En el hospital pediátrico solíamos atender a unos 100 niños a la semana hasta el mes de mayo, cuando tuvimos que irnos de la zona, debido a los combates”. (Audio de Mónica Camacho)

Frente a esta tragedia cotidiana, el personal somalí de MSF es víctima del conflicto y, a la vez, expone su vida para llevar atención sanitaria a sus compatriotas. Por poner un ejemplo, en el área donde trabaja MSF-España 4 campos de desplazados en Jowhar, en El Mahan y Warshiik, 40 kilómetros al norte de la capital, durante el último mes, se han realizado dos campañas de vacunación que dieron cobertura a cerca de 3.000 niños menores de 15 años contra el sarampión. En Jowhar se sigue atendiendo a la población que se desplaza desde Mogadiscio. También se han realizado misiones exploratorias en Balad, para intentar reactivar alguna de las actividades nutricionales y de salud primaria suspendidas desde Noviembre de 2008. Estas actividades supondrían una rutina en cualquier otro proyecto de MSF en el mundo, pero realizarlas en Somalia, es una verdadera hazaña. El equipo de las misiones exploratorias está formado por 3 voluntarios que se ofrecieron a colaborar, una de ellas proveniente dede Merka, a 90km al sureste de la capital, así como 3 enfermeros y auxiliares que se encontraban entre los desplazados de la zona . Los primeros datos arrojan un resultado preocupante, ya que varios casos de sarampión y diarrea están afectando a este grupo de desplazados. “Los trabadores somalíes de MSF son muy cuidadosos a la hora de acceder a los lugares donde la población los necesita, pero en realidad, se arriesgan mucho al hacerlo”, confirma Mónica Camacho.

MSF en Somalia

Sólo en 2008, los equipos de todas las secciones de MSF dieron 727.428 consultas ambulatorias, incluyendo 267.168 para niños menores de cinco años. Unas 55.000 mujeres recibieron atención prenatal y más de 24.000 personas fueron ingresadas en los hospitales y clínicas de MSF, donde se hicieron 3.878 cirugías, 1.249 de las cuales fueron a causa de heridas por violencia. Los equipos médicos trataron a 1.036 personas que padecen de la enfermedad olvidada del Kala Azar, a más de 4.000 por malaria y comenzaron a dar tratamiento a 1.556 personas con tuberculosis. Cerca de 35.000 personas con desnutrición fueron atendidas con tratamiento médico y alimentario, y se vacunó a 82.174.

Para asegurar nuestra independencia, MSF no recibe fondos de ningún gobierno o agencia para nuestros programas en Somalia. Confiamos en las donaciones privadas de nuestros socios y donantes alrededor del mundo.
 


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Limitaciones al trabajo humanitario en Somalia

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La vida cotidiana en Mogadiscio

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Riesgos que asume el personal nacional de MSF en Somalia

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Dificultades de trabajar en Somalia para los trabajadores internacionales

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