La pasividad de gobiernos, financiadores y sus contrapartes debe terminar, y se tienen que adoptar medidas urgentes y concretas al respecto.
Al menos en seis países africanos, las interrupciones en el suministro de medicamentos antirretrovirales (ARV) y otros medicamentos esenciales contra el VIH/sida ponen en peligro la vida de los pacientes. Los problemas de aprovisionamiento y la falta de financiación han provocado retrasos, suspensiones o han puesto en riesgo el abastecimiento de medicamentos vitales para tratar esta enfermedad. La pasividad de gobiernos, financiadores y sus contrapartes debe terminar, y se tienen que adoptar medidas urgentes y concretas al respecto. Así lo declara Médicos Sin Fronteras (MSF) con motivo de la V Conferencia de la International AIDS Society (IAS) en Ciudad del Cabo, Suráfrica.
Los consecuencias de las interrupciones de suministros pueden ser catastróficas: si hay que suspender o retrasar el inicio de la terapia antirretroviral de nuevos pacientes, se está poniendo en peligro la supervivencia de muchas personas. Para los pacientes que ya están en tratamiento, la interrupción o la reducción de la dosis derivará en fracasos terapéuticos y aumentará el riesgo de desarrollar resistencias a los medicamentos. En los últimos meses, los programas de VIH de MSF se han visto directamente afectados por estas irregularidades.
En Suráfrica, el Gobierno ha recortado el presupuesto para sanidad debido a la crisis económica y parece difícil encontrar fuentes de financiación alternativas a corto plazo. Todas las clínicas de nuestro alrededor han dejado de admitir a nuevos pacientes porque no disponen de suficientes ARV, afirma Eric Goemaere, coordinador general de MSF en Suráfrica. Las listas de espera son cada vez más largas, con el riesgo de que los pacientes mueran antes de poder iniciar el tratamiento. Es increíble que se haya permitido que un programa de ARV que funcionaba relativamente bien quedara paralizado en sólo unas semanas. MSF no tiene capacidad para llenar estos vacíos y nos cuestionamos muy seriamente por qué deberíamos hacerlo, en vista de los compromisos internacionales anunciados.
En Malaui, los retrasos en el desembolso de fondos por parte del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria ya han provocado una preocupante escasez de ARV. Como resultado, las reservas de estos medicamentos en varias estructuras de salud se están reduciendo peligrosamente. A fin de evitar más rupturas de stocks, el Ministerio de Salud de Malaui, con la ayuda de MSF y otras ONG, está redistribuyendo suministros de ARV en varios distritos. Asimismo, MSF ha tenido que comprar stocks de seguridad adicionales a fin de asegurar un suministro constante para los pacientes de sus proyectos. Hasta la fecha, MSF puede ofrecer tratamiento a nuevos pacientes, pero existe un peligro real de que tenga que reducir el número de admisiones.
Los equipos de MSF en Uganda, República Democrática del Congo, Zimbabue y Guinea-Conakry también están viendo rupturas de stock e irregularidades en el aprovisionamiento.
Estas irregularidades son el resultado de una escasez de fondos nacionales y de retrasos en el cumplimiento de los compromisos adquiridos por parte de los gobiernos financiadores. Los financiadores institucionales internacionales más importantes, como el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria y el PEPFAR (plan de emergencia norteamericano de lucha contra el sida), deben hacer frente a limitaciones presupuestarias y a la incertidumbre de poder renovar los fondos en el futuro. Los problemas en la gestión de abastecimientos y compras a nivel nacional vienen a agravar aún más la situación, con lo que cualquier retraso en la financiación pone en peligro la cadena de suministros.
MSF está extremadamente preocupada por la falta de acciones concretas por parte de los gobiernos, sus contrapartes y los donantes internacionales para asegurar la financiación y el suministro continuado de ARV y otros medicamentos esenciales, añade Meinie Nicolai, directora de operaciones de MSF. Están jugando con fuego. Sin ARV, no hay tratamiento para el VIH/sida. Gobiernos y donantes deben dar respuesta a los problemas de financiación y suministro con urgencia y eficacia.