La organización reclama que se haga llegar alimentos terapéuticos a los 20 millones de niños que padecen desnutrición aguda y severa.
Ante el agravamiento de la crisis crónica de desnutrición infantil que afecta a 20 millones de niños menores de cinco años anualmente, la organización médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) recuerda que existe tratamiento para los pequeños afectados por la enfermedad de la desnutrición aguda severa y que pueden ser curados si se ponen de inmediato a su disposición avances nutricionales como los alimentos terapéuticos.
Estos alimentos, llamados RUTF por sus siglas en inglés (ready-to-use-therapeutic-food), contienen los nutrientes esenciales que los niños menores de dos años requieren para evitar caer enfermos, y por lo tanto son un instrumento altamente eficaz cuyas tasas de curación superan el 90%, lo que supone un cambio radical en la respuesta médica a la desnutrición infantil en los últimos años.
Sin embargo, estos preparados, que se presentan en sobres cuyo contenido consiste en una pasta alimenticia con los 40 nutrientes esenciales de origen animal que los niños necesitan, sólo están llegando a un 3% de todos aquellos que lo requieren con urgencia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mitad de todas las muertes anuales de niños menores de cinco años en el mundo son causadas por la desnutrición. Si los programas de ayuda alimentaria no incluyen fondos específicos para tratar con estos alimentos terapéuticos a los niños que sufren mayor riesgo, es decir, los de edades comprendidas entre los seis meses y los dos años, difícilmente se mantendrán con vida.
No se trata sólo de enviarles comida. Las madres y los padres, así como los pediatras, saben muy bien que la desnutrición no se resuelve con cualquier tipo de alimentos. Los niños pequeños necesitan nutrientes esenciales adaptados a sus necesidades específicas para crecer y seguir con vida. Estos alimentos terapéuticos que MSF utiliza en sus programas de nutrición en todo el mundo son un cambio vital y representan una auténtica revolución en el tratamiento con éxito de la desnutrición en sus fases más agudas, afirma Laura Calonge, Representante de MSF en Argentina.
Al no necesitar agua potable para su preparación y poder distribuirse en régimen ambulatorio bajo la supervisión de las propias madres y cuidadores de los niños, se multiplica exponencialmente el número de niños que pueden acceder a su tratamiento explica–. El tradicional ingreso hospitalario de los niños desnutridos agudos severos ahora se limita a aquellos que presenten otras complicaciones médicas. El resto puede seguir el tratamiento desde sus hogares con el suministro de los alimentos terapéuticos en cantidad necesaria y una sencilla supervisión periódica hasta su total curación. Los RUTF verdaderamente funcionan. Tenemos una solución médica y hay que hacerla llegar adonde hace falta.»
En los años ochenta se eliminó la leche en polvo de las ayudas alimentarias que las agencias enviaban a los países afectados por razones puramente económicas, debido al fin de los excedentes lácteos en los países de los que provenía la ayuda. Con ello, los nutrientes de origen animal, que son esenciales para los menores de dos años, desaparecieron de sus dietas alimenticias. Pero la investigación nutricional y su puesta en práctica sobre el terreno a través de programas de tratamiento han demostrado el inmenso potencial de distribuir los alimentos terapéuticos como forma de combatir los casos severos y agudos de desnutrición.
Los equipos de MSF están tratando a más de 150.000 niños anualmente y atestiguan el enorme impacto positivo de los RUTF en los niños que se atienden. Actualmente la crisis humanitaria que se vive en varios países de África está provocando un número cada vez mayor de niños con desnutrición, incrementándose, como en el caso de Somalia, en un 400% los menores atendidos en los proyectos de MSF. Sólo en el mes de mayo, se atendieron a 2.500 nuevos niños por desnutrición en varios proyectos de la organización en ese país. Igualmente, en el sur de Etiopía, los equipos de MSF ya han atendido a más de 9.000 niños con la misma enfermedad.
En Etiopía hemos visto el cambio radical que supone el uso de los alimentos terapéuticos. Para los más pequeños es como pasar de la muerte a la vida. Los niños que inician el tratamiento recobran de tal modo el peso y la salud que cuesta reconocerles, declara Cristina Bosch, responsable médica de la intervención nutricional de MSF en Etiopía. Es un avance médico impresionante el hecho de que sólo tengas que ingresar a los casos más complicados, y que gracias al tratamiento se curen más del 90%. Esto te permite tratar a muchos más niños.
En otros países como Uganda y Níger, los equipos de MSF siguen recibiendo un número creciente de niños afectados por la enfermedad de la desnutrición. Mientras que otras respuestas de carácter estructural, y por tanto de más largo plazo para su implementación, se pongan en marcha con el fin de atajar los efectos de la actual crisis alimentaria, la emergencia de los 9 niños que mueren cada minuto a causa de la desnutrición no puede esperar. Lo que ahora se necesita, son hechos que se reflejen en políticas concretas y sobre todo, se necesita actuar con rapidez. Ello implica una revisión de la calidad de las ayudas alimentarias dirigidas a los niños en edad de crecimiento por parte de los países donantes, a fin de asegurar que las distribuciones realizadas a través de las Agencias de la ONU incluyan alimentos que respondan a sus necesidades nutricionales concretas. La estrategia debería fijar unos estándares mínimos para la ayuda alimentaria destinada a los niños por edades y a las mujeres embarazadas y lactantes.