Cada año, más de 1 millón de niños y niñas mueren por desnutrición en todo el mundo. Una de cada cinco muertes de niños menores de 5 años es causada por la forma aguda y grave de esta enfermedad, una de las principales amenazas para la salud infantil, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los niños y niñas son particularmente vulnerables a la desnutrición. Ya sea por los efectos de la emergencia climática, por sequías y/o inundaciones, guerras y conflictos, o por desplazamiento forzado, la mayoría de los pacientes que atendemos en nuestros proyectos en todo el mundo con esta condición son menores de 5 años. En el último año, tratamos a más de 660.000 niños y niñas con desnutrición
“Ver a las familias salir juntas del hospital es la mejor sensación del mundo».
Jenna Broome, doctora de nuestra organización
Conoce las historias de algunos de nuestros pacientes que han superado la desnutrición en nuestros proyectos por todo el mundo a lo largo de nuestros más de 50 años de trabajo.
Florencia, Angola
«Es difícil llegar al puesto de salud, tardo dos horas caminando», dice Domingas Luciana, al salir de una cita con nuestros equipos en la comunidad de Camassissa, una zona remota en la provincia de Huíla, en el suroeste de Angola. Los casos de malnutrición y paludismo son recurrentes en las comunidades remotas y vulnerables del país, especialmente durante los picos de sequía o las lluvias torrenciales.
Una de las dos hijas de Domingas Luciana, Florence, sufría desnutrición aguda grave y había dado positivo en la prueba de paludismo. «Florence nació muy delgada y no mejoró», explica. Se unió al programa de nutrición ambulatoria, en el que recibió alimentos terapéuticos listos para usar (RUTF, por sus siglas en inglés), y también recibió tratamiento para la malaria. En solo tres semanas, el cambio en el estado de salud de la niña fue notable. «Desde que comencé a llevarla a esta clínica móvil y hospital para su seguimiento, Florence ha mejorado. Me siento muy feliz de que mi bebé se haya recuperado».
Nyayesh, Afganistán
Nyayesh fue ingresada en el Hospital Regional de Herat, en Afganistán, debido a neumonía y desnutrición. La bebé, que solo tenía ocho meses en ese momento, tenía serias dificultades respiratorias y su circulación y corazón estaban extremadamente débiles. Después de recibir tratamiento para su condición y después de unos días en coma, finalmente despertó y su progreso dio esperanzas al equipo médico.
En Afganistán es difícil obtener tratamiento para la enfermedad de Nyayesh. Sin embargo, con los cuidados que se le ofrecieron a la bebé, el equipo mantuvo la confianza. «El alimento terapéutico fortalece a Nyayesh y su sistema inmunológico. Ahora, su cuerpo puede manejar mejor las infecciones. Hubo un momento en que fui a verla por la mañana cuando estaba en mi turno. Se sentó en el regazo de su madre y se rio de mí. Fue entonces cuando me di cuenta de que había superado lo peor», explica Solveig Köbe, una de las enfermeras del equipo.
Cada mes, cientos de niños son ingresados en la unidad de cuidados intensivos del departamento de pediatría apoyado por nuestra organización en el Hospital Regional de Herat y en el centro de alimentación terapéutica que gestionamos. Muchos están gravemente desnutridos y luchan por sus vidas.
Mikaela, Chad
A finales de septiembre de 2023, una madre llegó a nuestra unidad de cuidados neonatales en Adré, este de Chad, con su hija recién nacida. Pesaba solo 800 gramos. La bebé decidió venir al mundo demasiado pronto, en un lugar que algunas personas podrían considerar uno de los más difíciles para que alguien comience su vida en la actualidad. El este de Chad, un país que ya se enfrentaba a inmensos desafíos, con uno de los Índices de Desarrollo Humano (IDH) más bajos del mundo, acoge actualmente a miles de refugiados de Sudán, que ha sido devastado por un intenso conflicto desde abril de 2023.
Aproximadamente un mes después de recibir el tratamiento en nuestro centro, la niña ya pesaba 1.320 gramos. Todavía era poco, en comparación con lo que se puede considerar genial, pero estaba lo suficientemente bien como para ser dada de alta e irse a casa. Fue un gran día para todos en el equipo.
No basta con proporcionar alimentos, el tratamiento de la desnutrición requiere atención especializada
«La desnutrición no es solo hambre. Una vez desnutrido, el niño tiene un sistema inmunológico debilitado y su cuerpo no puede combatir las enfermedades infecciosas como lo haría normalmente. Así que no se trata solo de proporcionar alimentos” argumenta Jenna Broome, médica de nuestra organización. «Necesitan atención médica especializada y experiencia. Necesitan ser estabilizados, necesitan antibióticos y necesitan líquidos. Además de todo eso, necesitan vitaminas, leche o alimentos terapéuticos especialmente formulados, y vacunas para protegerlos contra nuevas infecciones. Todo esto es lo que MSF es capaz de proporcionar», finaliza Broome.
Batoul, Yemen
Batoul, de siete meses, es de la aldea de Al Musaijid, en el distrito de Khamer, gobernación de Amran, Yemen. Padecía una infección respiratoria, fiebre y desnutrición cuando su madre la llevó al hospital Al-Salam de Khamer. Con la atención médica adecuada, después de tres días en el hospital, la bebé se recuperó y pudo regresar a casa.