Condenamos enérgicamente el asedio impuesto por Israel a la Franja de Gaza, Palestina. Está privando a la población de servicios básicos y suministros críticos, incluyendo el acceso al agua al cortar el suministro de electricidad el 9 de marzo. Las autoridades israelíes han instrumentalizado las necesidades humanitarias utilizándolas como moneda de cambio. Por ejemplo, cortando el suministro eléctrico a la Franja e impidiendo la entrada de toda ayuda.
Esta política, que equivale a un castigo colectivo, debe detenerse inmediatamente. Llamamos a las autoridades israelíes a respetar el derecho internacional humanitario. También a cumplir con sus responsabilidades como potencia ocupante, y a poner fin a este bloqueo inhumano de la Franja.
Los aliados de Israel han ignorado deliberadamente esta grave violación del derecho internacional humanitario y han normalizado esta conducta. También instamos a los aliados de Israel, incluyendo a Estados Unidos, a abstenerse de normalizar tales acciones. Deben actuar con decisión para evitar que Gaza se hunda aún más en la devastación.
“Las autoridades israelíes están normalizando una vez más el uso de la ayuda como herramienta de negociación. Esto es indignante. La ayuda humanitaria nunca debe utilizarse como moneda de cambio en una guerra. El bloqueo de todos los suministros está afectando inevitablemente a cientos de miles de personas y está teniendo consecuencias mortales”.
Myriam Laaroussi, coordinadora de emergencias de MSF.
En un momento en que el alto el fuego debería significar un aumento de la respuesta humanitaria, las autoridades israelíes han detenido radicalmente la entrada de toda ayuda. Los últimos suministros que nuestros equipos pudieron hacer llegar a Gaza fueron tres camiones que contenían principalmente suministros médicos el 27 de febrero. Contamos con varios camiones que tenían previsto cruzar a la Franja antes del bloqueo.
Nuestros equipos están intentando ampliar la respuesta en Gaza, especialmente en el norte, donde la población lleva meses sin cubrir sus necesidades básicas.
“Gaza se ha quedado sin combustible”, afirma Laaroussi. “Tenemos las manos atadas, y sin un suministro de agua será aún más difícil ayudar a la población de Gaza una vez que se agoten nuestras reservas. Un alto al fuego sin aumentar la ayuda humanitaria es contradictorio”.
La suspensión del suministro de electricidad a la Franja por parte del gobierno israelí ya ha obligado a la principal planta de desalinización de agua de Khan Younis, sur de Gaza, a funcionar con combustible. La planta ha reducido su producción de 17 millones a 2.5 millones de litros diarios. Esta decisión de cortar el suministro eléctrico tendrá un impacto severo y progresivo en el suministro público de agua.
El asedio de Israel comenzó el 9 de octubre de 2023. Dejó a cientos de miles de personas en Gaza sin electricidad, alimentos ni combustible, provocando una catástrofe humanitaria. Han pasado 15 meses de bombardeos, desplazamientos y brotes de enfermedades. Los esfuerzos de ayuda se han visto restringidos por los requisitos obligatorios de autorización previa de las autoridades israelíes. También por el rechazo, de los denominados artículos de doble uso.
«Como todas las organizaciones humanitarias, nos vemos obligados a adaptarnos a las condiciones impuestas por las autoridades israelíes como parte de un sistema diseñado para mantener el bloqueo de Gaza.
Aunque han entrado más camiones durante el alto al fuego, el sistema de entrada de mercancías de las autoridades israelíes, utilizado sistemáticamente para obstaculizar la ayuda humanitaria, nos ha imposibilitado ampliar la ayuda adecuadamente, incluso antes de este bloqueo”.
Myriam Laaroussi, coordinadora de emergencias de MSF.
Este sistema, que se lleva a cabo sin ninguna transparencia, obstruye y restringe sistemáticamente el ingreso de suministros vitales, incluyendo bisturís, tijeras, concentradores de oxígeno, unidades de desalinización y generadores. Incluso cuando se aprueba, el proceso toma mucho tiempo y continúa siendo un impedimento burocrático complejo.