Diez años después de que se presentara el brote más mortífero de la enfermedad producida por el virus del Ébola – murieron más de 11.000 personas en África Occidental – lamentamos que, aunque ya existen dos tratamientos aprobados contra el Ébola, estos no estén disponibles en una reserva de emergencia para su uso en lugares en donde se podrían necesitar en un futuro brote.
Los tratamientos siguen estando bajo el control exclusivo de sólo dos empresas farmacéuticas estadounidenses: Regeneron y Ridgeback Biotherapeutics. Casi todos los tratamientos disponibles en el mundo se mantienen en una reserva de seguridad nacional y biodefensa para uso de Estados Unidos.
Es necesario crear una reserva internacional de emergencia de estos tratamientos gestionados por el Grupo Internacional de Coordinación (ICG) para el Suministro de Vacunas. El fin es garantizar que los tratamientos siempre puedan suministrarse en un corto plazo a cualquier persona, en cualquier lugar y a quien los necesite.
«Hace diez años, el mundo no estaba preparado para el brote de la enfermedad por el virus del Ébola en África Occidental. No había tratamientos antivirales, no había vacunas y por ello la protección de las personas se limitaba a convencerlas de que cambiaran de comportamiento, algo que llevaba tiempo y que dificultó el control del brote”
Dr. Armand Sprecher, especialista en salud pública de nuestra organización.
«Ahora que existen tratamientos antivirales y vacunas eficaces, podemos aportar herramientas importantes para salvar vidas, prevenir enfermedades y controlar brotes, pero eso solo es posible si están plenamente disponibles para las personas que las necesitan. Por eso pedimos una reserva de emergencia» afirma el doctor.
¿Qué cambió desde la mayor epidemia de Ébola en el mundo?
El desarrollo de tratamientos para Ébola en manos de países más ricos
Después de casi medio siglo sin tratamientos específicos, los países más ricos financiaron investigaciones para el desarrollo de tratamientos y vacunas contra el Ébola. La razón: en 2014 estos países se vieron amenazados con la posibilidad de que el brote llegara a sus fronteras.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó dos tratamientos en 2020. Esto se realizó tras una inversión de más de 800 millones de dólares provenientes de financiación pública y contribuciones esenciales. Entre estas últimas se incluyen las de gobiernos de los países afectados, ONG e instituciones académicas que acogieron o facilitaron ensayos clínicos. También de pacientes y sobrevivientes que participaron directamente en las pruebas de los tratamientos.
Estos tratamientos fueron recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2022. Ahora están incluidos en la Lista Modelo OMS de Medicamentos Esenciales. También existen dos vacunas que, junto con el tratamiento, son esenciales para prevenir y responder a un brote de Ébola. Aunque se trata de una importante adición al conjunto de herramientas de respuesta al Ébola, estas solo responden al Ebolavirus Zaire. Esta es la especie de virus más común que causó el brote de 2014*.
Los tratamientos – RegN-EB3 (atoltivimab/maftivimab/odesivimab), comercializado por Regeneron como Inmazeb, y mAb114 (ansuvimab), comercializado por Ridgeback como Ebanga – siguen siendo en gran medida inaccesibles para las personas que los necesitan durante los brotes. El despliegue rápido de los tratamientos en un brote de Ébola plantea muchos desafíos. Solo un tercio de los pacientes recibieron alguno de los dos tratamientos en cinco brotes desde 2020. Esto se debe a que los tratamientos no están fácilmente disponibles en los lugares en donde se producen los brotes con más frecuencia.
Regeneron y Ridgeback conservan el control privado de estos tratamientos a través de patentes y licencias. Casi todos los tratamientos disponibles están en manos y bajo el control de EE. UU.
«Una clara lección aprendida de los últimos diez años es que confiar sólo en la buena voluntad de las empresas privadas o de los gobiernos no es la solución al problema del acceso a los medicamentos«
Dr. Márcio da Fonseca, Asesor de Enfermedades Infecciosas de la Campaña de Acceso de nuestra organización.
«Para que los tratamientos contra el Ébola y las herramientas preventivas de hoy y de mañana estén ampliamente disponibles, deben establecerse condiciones de acceso global en una fase temprana del proceso de investigación y desarrollo de las herramientas médicas desarrolladas con dinero público. Adicionalmente, debe garantizarse legalmente el acceso a los tratamientos a las comunidades que los probaron. Tenemos que prepararnos para el próximo brote y debemos asegurarnos de que no haya lagunas en el acceso a las herramientas médicas adecuadas. Incluso para otras especies de Ébola, para evitar así la catastrófica pérdida de vidas que vimos hace una década».
Instamos a todos los titulares de patentes de tratamientos contra el Ébola a conceder licencias y transferir la tecnología a fabricantes capaces. Esto garantizará que más productores puedan elaborar tratamientos contra la enfermedad, ya que esto ayudará a aumentar su disponibilidad en el futuro.
*La especie Sudán causó el brote en Uganda en 2022.