Durante los últimos cinco años, se ha estado desarrollando una crisis humanitaria en las islas griegas de Lesbos, Samos, Quíos, Leros y Kos, impulsada por políticas migratorias totalmente evitables y que tienen consecuencias devastadoras para las personas que están atrapadas en los campos de refugiados, que son prisiones a cielo abierto.
En la actualidad hay más de 9.600 personas retenidas en los cinco Centros de Recepción e Identificación en las islas griegas del Egeo, donde carecen de información sobre su situación legal y son sometidas a duros procedimientos fronterizos y de asilo.
Después de huir de la violencia en sus países y sobrevivir a los desgarradores viajes a Europa, la contención indefinida, el limbo y la violencia sistemática en Grecia traumatizan aún más a las personas que buscan protección.
Si bien durante 2021 el número de llegada de personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas se ha reducido en la isla de Lesbos, las condiciones de vida siguen siendo indignas y en gran medida inadecuadas en los campos de recepción.
Desde Médicos Sin Fronteras brindamos atención en salud mental a niños y adultos, y proporcionamos servicios de salud sexual y reproductiva a mujeres refugiadas.
Nuestros pacientes continúan reportando cómo la situación del limbo en la isla, los procesos de asilo arbitrarios y acelerados, el miedo a la deportación y las precarias condiciones de vida contribuyen al deterioro de su salud, tanto física como mental.
En esta nota, compartimos 5 datos sobre lo que ocurre actualmente en los campos de refugiados en Lesbos:
- Desde el Acuerdo UE-Turquía que se llevó a cabo en marzo de 2016, más de 180.000 personas han pasado por las islas griegas. El acuerdo compensa económica y políticamente a Turquía por evitar que la gente llegue a las costas europeas y aceptar a personas deportadas de los campos de detención de Grecia. En este periodo han muerto o desaparecido 847 personas y han tenido lugar 12 incendios en Lesbos y Samos que han provocado heridos, muertes y desplazamientos.
- El incremento de políticas fronterizas cada vez más restrictivas está dando lugar a una reducción de las nuevas llegadas migratorias a las islas griegas. Esto es consecuencia de la implementación de medidas más duras, incluidas las intercepciones en el mar o con devoluciones y deportaciones. En la actualidad, alrededor de 2.200 personas viven en el centro de Mavrovouni. La mayoría de la población proviene de Afganistán (72%), Somalia (9%) y la República Democrática del Congo (5%). Las mujeres representan el 21% de la población y los niños el 31%, de los cuales casi 1 de cada 4 son menores de 12 años. Los hombres representan el 47%.
- Con la reducción del hacinamiento, las condiciones de vida son más llevaderas que en el pasado en el centro de Mavrovouni. A pesar de eso, las personas están expuestas a condiciones de vida indignas: todavía viven en tiendas de campaña y contenedores, el acceso al agua y a los alimentos es básico y las instalaciones de saneamiento o la gestión de desechos siguen siendo inadecuadas. Con la llegada del invierno, y con un centro de recepción muy expuesto al viento y al mar, es probable que las condiciones de vida tengan un impacto negativo en la salud médica y mental de las personas. Además, con la creciente restricción para salir del campo, muchos se sienten atrapados en una especie de prisión.
- La inauguración de instalaciones nuevas, más grandes y multifuncionales, rodeadas por cercas de alambre de púas, cámaras de vigilancia y torres en Samos, y más recientemente en Kos y Leros, demuestran cómo el refuerzo en la seguridad y el control de fronteras ha primado sobre el respeto a la dignidad, protección y la salud de las personas que buscan asilo en Grecia. Todos los centros en las islas griegas deben tener como único propósito la prestación de asistencia urgente y la facilitación de la reubicación de los solicitantes de asilo a estructuras de recepción seguras en toda Europa.
Encierro y salud mental, ¿cómo es la vida de los refugiados en la isla de Samos?
- A medida que se agravan varias crisis humanitarias en el mundo, desde MSF pedimos una vez más a la Comisión Europea, Grecia y los Estados europeos que implementen políticas que se centren en proteger y ayudar a las personas refugiadas y solicitantes de asilo en lugar de disuadir, detener y deportar a quienes buscan seguridad en Europa.