Hospitales y varios centros médicos han resultado dañados en el centro y norte de Irak a causa de intensos bombardeos y ataques aéreos. Como resultado, la población civil se ve privada de la atención médica que tanto requiere en estos momentos. En este sentido, Médicos Sin Fronteras, que presta apoyo a algunos de estos centros, realiza un llamamiento a todas las partes en conflicto para que respeten los centros médicos y al personal médico y garanticen el acceso pleno a los a los servicios de salud.
«Estamos recibiendo informaciones por parte del personal médico en el sentido de que cada vez más hospitales se han visto alcanzados por las bombas en las últimas semanas», afirma Fabio Forgione, coordinador general de MSF en Irak. «El personal médico ha huido por temor a los ataques a los centros de salud donde trabaja. Estamos alarmados por el hecho de que un número importante de personas se vean privadas de la asistencia médica que precisan».
En la localidad de Shirqat, entre Mosul y Tikrit, el hospital fue bombardeado el pasado 20 de julio. «Estaba en la sala de urgencias operando a un paciente cuando una bomba impactó en el hospital», explica desde la zona de conflicto un cirujano iraquí a través del teléfono. «De repente se desató el infierno: se fue la luz; la gente empezó a correr en todas direcciones, sin saber si escapar o buscar refugio en el hospital. Todo el mundo estaba aterrorizado».
Desde el 20 de julio, el hospital de Shirqat ha sufrido varios impactos directos y todos los pacientes ya han sido evacuados. Una parte de ellos han sido trasladados a la localidad de Hawija, donde se encuentra el hospital más cercano que se mantiene aún en pie, mientras que otros servicios de salud y especialidades han sido trasladados a tres lugares diferentes de la ciudad. «Las condiciones de trabajo son atroces y escasean muchos artículos, desde antibióticos a anestésicos», asevera el cirujano iraquí.
Tras el bombardeo de la clínica de MSF en Tikrit el pasado13 de junio, que brindaba atención médica a unas 40.000 personas desplazadas en la región, MSF pidió a todas las facciones el respeto al personal médico y a las instalaciones. Dos semanas después, el 27 de junio, el principal hospital de Tikrit fue alcanzado también por un ataque aéreo.
Un cirujano iraquí estaba tomando un descanso después de practicar una cesárea cuando escuchó una gran explosión. «Las paredes temblaron y las puertas y ventanas se hicieron añicos», dice. «Entonces vimos una espesa nube de humo procedente de la sala de urgencias y nos apresuramos a bajar a lo que quedaba de la planta baja.» La entrada y la sala de urgencias del hospital de Tikrit quedaron destruidas por el impacto directo de una bomba lanzada desde un helicóptero.
«Una persona yacía muerta en el suelo; trasladamos a todos los demás heridos al hospital Saladino. Ese día, la mayor parte del personal médico huyó», continúa explicando el cirujano. La mujer a la que había operado sobrevivió; ella y su bebé recién nacido fueron llevados con su familia.
El hospital de Tikrit, que previamente había atendido a unas 5.000 personas cada mes, fue atacado en varias ocasiones en los días posteriores «Es un desastre», afirma el cirujano iraquí desde Tikrit. «Los hospitales están vacíos. La gente ahora tiene que conducir a través de zonas devastadas por la guerra para llegar a los hospitales más cercanos que se encuentran a más de 200 kilómetros, en Erbil y Kirkuk».
El hospital de Hawija, donde MSF trabaja desde 2011, es uno de los pocos en la región que permanecen intactos y que no han sido golpeados por los proyectiles. Sin embargo, un miembro del equipo médico de MSF en Hawija informa que, en la última semana, las bombas han explosionado dos veces en zonas cercanas al hospital. «Tememos que el hospital puede ser alcanzado por los bombardeos como ya ha ocurrido en otras partes explica- por lo que estamos haciendo planes de contingencia para trasladar nuestros servicios a otros lugares.»
«Esta situación está transformando las zonas devastadas por la guerra en un páramo en términos de atención médica en un momento en el que, precisamente, la atención médica se requiere de forma desesperada», concluye Fabio Forgione.
MSF proporciona apoyo en la actualidad a tres hospitales de referencia en las ciudades de Sinjar, Hawija y Heet con servicios de urgencias 24 horas y consultas externas. Los equipos médicos de MSF también llevan a cabo clínicas móviles en las áreas de Mosul y Kirkuk, centradas especialmente en salud materno-infantil y enfermedades crónicas. MSF ha trabajado de forma continuada en diversos lugares del Irak desde 2006 y cuenta con más de 300 trabajadores humanitarios en el terreno.