Un número estimado de 50.000 civiles sudaneses, chadianos y centroafricanos han cruzado la frontera a Chad. Los refugiados son principalmente mujeres y niños, de los que un 40% tienen menos de cinco años. Se encuentran traumatizados y agotados tras su desplazamiento, necesitados de cuidados médicos básicos, agua, comida, letrinas y refugio.
Los equipos de MSF están trabajando para proveer cuidados de emergencia y básicos tanto a los refugiados como a la población local en el área de Tissi donde no hay disponible ningún hospital. Se ha establecido una sala de emergencias en la población de Tissi para pacientes heridos y niños y embarazadas. En el último mes, se han atendido casi 7.000 consultas. Las enfermedades más comunes son diarreas y problemas gastrointestinales, así como respiratorios. Además, 32.000 niños menores de cinco años han sido vacunados para contener un brote de sarampión que mató a 13 niños antes de abril. Las mujeres y las niñas se encuentran en riesgo elevado de padecer agresiones sexuales. MSF ha atendido a dos víctimas de violaciones.
La atención no se ha centrado exclusivamente en cuidados medicos: los refugiados han recibido material plástico para la construcción de tiendas, mosquiteras, jabón y bidones para recoger agua, entre otros. Los equipos de MSF han perforado seis pozos para que la población pueda tener acceso al agua. Con las lluvias ya comenzadas, el acceso a agua potable y agua limpia es de gran importancia, dice Delphine Chedorge, coordinadora de la emergencia.
Los chadianos retornados se han reasentado en sus poblaciones de origen, tales como Saraf Bourgou, en el norte de Tissi. Pero los refugiados sudaneses se encuentran en una situación muy precaria. Las condiciones de salud de la población pueden deteriorarse debido a las limitaciones que se encuentran para obtener agua, alimento y techo, añade Stefano Argenziano, coordinador general de MSF en el país.
Las lluvias pueden empeorar la situación porque las carreteras que conducen a los campos se encontrarán intransitables, así como la única pista de aterrizaje de la zona. La ayuda, entonces, no podrá llegarles. Será todo un reto mantener nuestro apoyo y trataremos en la medida de nuestras posibilidades de que no se queden aislados, explica Argenziano.
La seguridad en la zona sigue siendo volátil entre Sudan y la República Centroafricana debido a la constante afluencia de grupos armados, milicias y bandidos.
MSF hace un llamamiento al gobierno de Chad, a la UN y a la comunidad humanitaria que garanticen la seguridad y el apoyo a los refugiados y retornados, especialmente durante la estación de lluvias. Los refugiados se han asentado en más de doce puntos, a lo largo de cien kilómetros en la frontera de Chad.
MSF lleva trabajando en Chad desde 1980 y tiene proyectos en Am Timan, Abeche, Massakory y Moissala.