Decenas de miles de refugiados y retornados en Chad, que vienen huyendo de los violentos enfrentamientos en el vecino Darfur desde principios de enero, siguen necesitando de forma desesperada agua limpia, cobijo adecuado y acceso a atención sanitaria, según Médicos Sin Fronteras (MSF).
Antes de la llegada de MSF a principios de abril, Tissi no disponía de un hospital operativo. La organización gestiona ahora un centro de salud en esa población y un puesto de salud en Um Dukkum, y organiza clínicas móviles a Gadar y Ab Gadam. Hasta la fecha, los equipos médicos han visitado a un total de 4.700 refugiados, retornados y residentes en los tres emplazamientos mencionados, y más de 200 niños desnutridos han sido tratados en los centros nutricionales ambulatorios. Desde que MSF empezó a prestar apoyo al hospital de Tissi, un 24% de todas las admisiones han sido por motivos asociados a la violencia.
Nos sigue preocupando la situación de aquellas personas que no pueden llegar a los campos en Chad y, o bien están expuestas a una violencia constante, o carecen de acceso a la asistencia humanitaria, afirma Tom Roth, coordinador de operaciones de MSF en Chad.
A MSF también le preocupa el deterioro de la situación de las más de 22.000 personas procedentes de Chad que, huyendo de la violencia en su país de origen, han buscado refugio en Darfur, estado del vecino Sudán. Únicamente tienen acceso a una ayuda muy limitada, y la situación de estos retornados y refugiados, en su mayoría mujeres cabezas de familia con un gran número de hijos menores de cinco años y adolescentes a su cargo, es especialmente vulnerable.
MSF ha aumentado sus distribuciones de artículos de primera necesidad. Ha distribuido recientemente 2.500 kits a retornados en distintos lugares, y está trabajando en el campo de refugiados de Ab Gadam construyendo letrinas y suministrando agua en camiones cisterna. La situación en el campo sigue siendo crítica, con 10 litros de agua distribuida cada día a cada persona (lo que es la mitad de la cantidad mínima recomendada universalmente reconocida) para cubrir las necesidades más básicas.
Ahora que la estación de lluvias está a punto de empezar, nos preocupa que el acceso insuficiente a agua limpia, a servicios de higiene y letrinas pueda causar un brote de enfermedades como el cólera, afirma Jason Mills, Jefe de Misión de MSF en Chad. También estamos viendo niveles cada vez mayores de desnutrición y tememos que la limitada asistencia alimentaria a los retornados pueda empeorar la situación.
En respuesta al traslado de refugiados de Tissi a Ab Gadam, a 30 kilómetros de distancia, MSF ha dividido a su equipo para responder a las necesidades más apremiantes del campo. Además, la organización continuará en la zona, proporcionando una respuesta a la emergencia, hasta que termine la estación de lluvias, en noviembre.