Chocó: finalizamos nuestro proyecto de salud comunitaria en Alto Baudó

En tres años trabajando en comunidades indígenas y afrodescendientes, los agentes comunitarios capacitados por Médicos Sin Fronteras llevaron a cabo más de 13.000 consultas.

Tras casi tres años de actividades en Alto Baudó, Chocó, concluimos un proyecto de salud descentralizado. Este tuvo un enfoque étnico comunitario en la subregión.

Entre marzo de 2022 y noviembre de 2024, capacitamos a 48 agentes y promotores comunitarios. Ellos realizaron 13.643 consultas y 8.852 charlas de salud y psicoeducación. Además, apoyamos con combustible 2.135 remisiones a centros de salud.

A través de este modelo los equipos de MSF acercaron la atención primaria a 133 comunidades afrodescendientes e indígenas, ayudaron a fortalecer la prevención de enfermedades, principalmente las ligadas a picaduras de mosquitos, como la malaria, y al mal manejo de alimentos y agua; acercaron la atención primaria, y fortalecieron una red de remisiones de pacientes a estructuras de salud.

Retos en el acceso a la salud

El proyecto inició en 2022 luego de que MSF identificó que la población local padecía múltiples afectaciones por conflicto armado y vacíos institucionales en la región: limitaciones en el acceso a medicamentos y centros de salud, a agua potable, a educación y riesgo de inseguridad alimentaria por presencia de actores armados y artefactos explosivos en zonas de cultivo. Todo ello, con un impacto inmediato en la salud física y mental.

En los últimos meses, nuestros equipos trabajaron en garantizar una transición responsable del proyecto. Esto permitió que otras organizaciones humanitarias continúen brindando atención médica a las comunidades.

En noviembre de 2024, entregamos kits de higiene, agua y cocina a casi 2.500 personas afectadas por lluvias e inundaciones en el departamento.

Esto se sumó a una intervención exploratoria de dos meses en Quibdó (capital de Chocó), enfocada en salud mental de personas afectadas por violencia urbana aguda.

MSF apoya a 133 comunidades sobre el río Baudó y sus afluentes. Algunas de ellas están a más de 12 horas por río de centros de salud. © Natalia Romero Peñuela/MSF

Continuidad y compromiso tras la transición

Continuaremos monitoreando las necesidades sanitarias en el departamento del Chocó y otras regiones de Colombia.

“Mantenemos nuestro compromiso de seguir de cerca la situación humanitaria en la región y estamos preparados para responder o incidir para que las autoridades correspondientes actúen cuando la situación lo requiera”

Francisco Otero, coordinador de Médicos Sin Fronteras en Colombia y Panamá.

Como organización enfocada en responder a emergencias, debemos gestionar nuestros recursos priorizando las zonas con necesidades más urgentes en el país. “En este momento, la organización considera necesario reorientar sus actividades hacia otras regiones que demandan atención humanitaria inmediata. Es decir, nuestra decisión no implica desatender la situación en Chocó, sino optimizar nuestra capacidad de respuesta a nivel nacional», dice el jefe de misión.

Expresamos un profundo agradecimiento a las instituciones locales, actores humanitarios, promotores y agentes de salud comunitaria y, especialmente, a las comunidades del Alto Baudó, por su colaboración durante este periodo. El apoyo y la confianza depositada han sido fundamentales para el desarrollo del proyecto.

El proyecto de MSF en Alto Baudó, Chocó, tiene un pilar fundamental de involucramiento comunitario con comunidades afrodescendientes e indígenas. © Natalia Romero Peñuela/MSF

El testimonio de los agentes comunitarios

María Yuli Perea Valois, supervisora de agentes comunitarios:

Acceder a la salud en este territorio es muy difícil. Antes de que llegara MSF, veíamos mayor número de muertes, principalmente en niños. Muchas personas no tenían con qué comprar siquiera el combustible para bajar (por el río) a Pie de Pató (cabecera urbana del municipio). Muchos sienten que van a ir a pasar hambre porque tampoco tienen dinero para comprar comida allá. Acceder aquí a la salud es muy duro, uno a veces lo hace arriesgándose porque uno por su familiar hace todo.

Nuestros referentes comunitarios de salud eran los yerbateros y las parteras. Ahora, junto a los promotores y agentes capacitados por MSF, velan por la salud de las comunidades.

Yo me he soñado con un pueblo paraíso: un pueblo sin violencia, un pueblo como era hace 35 años atrás, que uno se podía ir solo para el monte (los cultivos), que podíamos ir a cazar libremente, podíamos ir a buscar el pescado, a traer el plátano, con familias muy unificadas y una salud bastante centrada. Con centrada me refiero a que aprendamos nosotros mismos a cuidarnos y a promocionar la salud de nosotros y nuestro pueblo. Sé que con la ayuda que ustedes nos han brindado un día se va a ver así porque ya se empiezan a ver los resultados.   

Pedro Nel Murillo Arce, agente comunitario indígena:

MSF contó con más de 40 agentes y promotores comunitarios que han sido capacitados para reconocer signos de alarma y promover buenas prácticas en salud en los caseríos. © Natalia Romero Peñuela/MSF

Como agente comunitario, remití varias veces pacientes con signos de alarma rojos al centro de salud municipal. Los más graves fueron remitidos a Quibdó (capital de Chocó) y Medellín, a hospitales de segundo nivel. Han sido apoyos que salvaron vidas de pacientes. 

Antes de MSF, para los pacientes era muy difícil llegar al centro de salud porque no había agentes en la comunidad como tenemos hoy. La gente de la comunidad sufría para llegar al centro de salud. No había quien atendiera, y las personas no tenían dinero, apoyo del municipio ni alguien responsable.

El proyecto de MSF nos apoya a la comunidad en general. Además de las enfermedades físicas, muchas personas en estas comunidades sufren problemas de salud mental por el conflicto, las amenazas a nuestros líderes y el desplazamiento. Yo he remitido también a familias que sufren por salud mental al psicólogo municipal. 

Para mí este trabajo fue muy importante porque el conocimiento que nos brindó el equipo ha servido mucho hacia la comunidad. Cuando me escogieron como agente yo no sabía nada de salud, pero en la formación aprendí mucho y seguiré trabajando. En la comunidad decimos que Médicos Sin Fronteras salvó vidas. Este es un conocimiento que me queda; yo quiero ser agente hasta siempre. 

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