Médicos Sin Fronteras (MSF) ofrece consultas médicas y de salud mental a los colombianos que han sido deportados o han retornado en las últimas semanas desde Venezuela a la ciudad de Cúcuta y el municipio de Villa del Rosario, departamento del Norte de Santander, Colombia. Miles de personas han llegado a estas ciudades fronterizas donde hay unas 3.000 personas ubicadas en una veintena de albergues temporales.
Desde el pasado 1 de septiembre, los equipos de MSF han llevado a cabo 33 consultas médicas y 87 sesiones psicológicas en los diferentes albergues y hoteles donde ha sido alojado este colectivo de personas que vienen de territorio venezolano. Además, se están haciendo actividades de psicoeducación y formación para psicólogos del sistema de salud local.
“Observamos factores asociados al hecho de estar viviendo en albergues tales como el estrés por la ruptura de hábitos cotidianos y la falta de oportunidades y empleo”, cuenta Néstor Rubiano, referente en salud mental para MSF que actualmente está en Cúcuta.
Una de las pacientes colombianas recién llegada que se fue de Colombia en 2000 ha tenido que volver sola porque no dejaron pasar a sus hijos que nacieron en Venezuela. Es una de las muchas familias divididas estos días entre los dos países: “Allá están con su papá. Mire yo trato de estar ocupada en este albergue, de hacer algo porque si no me enloquezco de tanto pensar en mis hijos. Mire lo que nos pasa, nos toca regresar sin nada, como nos fuimos”.