La crisis humanitaria en Nariño no ha cesado. Tras el conflicto de 2021, que generó el desplazamiento de cerca de 22.000 personas, este año la situación continúa siendo preocupante, con más de 5.000 personas desplazadas en el departamento hasta la fecha. En el Triángulo de Telembí, subregión de Nariño integrada por los municipios de Barbacoas, Magüí Payán y Roberto Payán, y en donde Médicos Sin Fronteras (MSF) tiene presencia, se han generado cuatro desplazamientos masivos en el lapso del último mes.
Desde comienzos de marzo, MSF fue testigo del desplazamiento de comunidades del río Patía Arriba, en el municipio de Magüí Payán, y de otras más en los ríos Ispi y Piri, en Roberto Payán, lo que ha generado desplazamientos masivos a las cabeceras urbanas tanto de Magüí, como de Roberto Payán y Barbacoas. De acuerdo con censos elaborados por los municipios, se tienen registrados 589 desplazados en Magüí Payán, 495 en Barbacoas y 927 en Roberto Payán. Estas cifras vienen incrementando cada día.
Además de los casos de estos tres municipios, MSF ha evidenciado que otra serie de enfrentamientos han generado el desplazamiento de 3.200 personas de los ríos Satinga, Sanquianga y Patía Viejo, del municipio de Olaya Herrera. Actualmente, también se han registrado desplazamientos de comunidades en las siguientes veredas: Pampeta, Guilpi, Brisas de Hamburgo, Campo Alegre, Bellavista, Piaude y Bocas de Magüí. De otro lado, se han agudizado los confinamientos en las veredas cercanas al río Patía.
Un habitante en situación de desplazamiento nos contaba lo siguiente: “En los albergues hay familias que hace nueve meses fueron desplazadas de sus casas, que luego lograron regresar y que hoy nuevamente están desplazadas. Son familias que ahora pierden de nuevo sus casas porque muchas quedan destruidas por el conflicto. Estas familias también pierden el empleo, los niños pierden el colegio y toca llegar a los albergues de los municipios a dormir…Son tres o cuatro personas en una colchoneta, eso es muy duro”.
En las últimas semanas, MSF ha visitado los albergues de los cuatro municipios mencionados y ha apoyado a las familias con atención en salud, ha brindado atención en salud mental y ha donado más de 100 mosquiteros, colchonetas, mantas, kits de aseo, purificadores y agua potable. Ante las difíciles condiciones, Caroline Debrabant, coordinadora de MSF en Nariño, hace un llamado a las instituciones, tanto gubernamentales como no gubernamentales “para que no se normalice el sufrimiento de esta crisis humanitaria. Es necesario atender las necesidades de cientos de familias que estas semanas han tenido que abandonar nuevamente sus territorios o que están confinadas por el conflicto”.
Vale la pena señalar que, en las visitas a los albergues, MSF ha encontrado mujeres embarazadas, pacientes con enfermedades crónicas como hipertensión y diabetes, entre otros. Los equipos de MSF han podido constatar, una vez más, cómo la exposición reiterada a la violencia y los eventos de desplazamiento dejan un fuerte impacto en la salud mental de la población a causa de la incertidumbre, el miedo y la abrupta interrupción de los lazos y las rutinas importantes en sus vidas. Un habitante que fue desplazado nos dijo que “la sensación de tristeza es general. Ahora solo les pedimos a las instituciones que se acuerden de nosotros”.