El confinamiento y distanciamiento social para retardar la propagación del nuevo coronavirus COVID-19 suponen llevar una vida distinta. Pero muchos trabajadores en Médicos Sin Fronteras en nuestros proyectos de terreno ya han vivido diversas formas de confinamiento durante su tarea de ofrecer ayuda médica humanitaria en lugares afectados por la inseguridad, guerras o brotes de enfermedades. Por eso, compartimos cinco consejos para sobrellevar el confinamiento:
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Recordar por qué estamos confinados
“Creo que es importante recordar cuál es el propósito para el que uno está confinado”, expresa Catherine Flanigan, una enfermera de Nueva Zelanda que trabajó recientemente con Médicos Sin Fronteras en el barco de búsqueda y rescate Ocean Viking en el Mediterráneo.
Catherine estuvo confinada en el barco durante semanas, con muy poco espacio para moverse, especialmente cuando el barco se llenó de gente rescatada. La embarcación, gestionada junto con SOS MEDITERRANEE, rescata a personas que están en peligro en el mar huyendo de Libia. El rol de Catherine en el equipo médico era brindar atención a todas las personas rescatadas, y se centró especialmente en sobrevivientes de violencia sexual y víctimas de violencia.
“No me molestó estar confinada en el barco”, dice. “Cualquier inconveniente palidecía en comparación con la importancia de la tarea que estábamos haciendo, que era salvar vidas. Y eso se cumple para todos nosotros en este momento”.
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Aceptar la nueva realidad
Una vez que tengamos presente el motivo por el que nuestros movimientos están restringidos, es importante aceptar las nuevas reglas.
“Tenemos que aceptar que el confinamiento es la nueva norma; no intentar luchar contra ello”, expresa el Dr. Tom Niccol, que trabajó con Médicos Sin Fronteras en Old Fangak, Sudán del Sur, en 2019.
Mientras estaba en Sudán del Sur, los movimientos de Tom estuvieron restringidos al hospital y al campamento durante meses debido a la violencia y a la inestabilidad en la zona. Tom trabajó como médico en esta zona extremadamente remota durante seis meses, donde Médicos Sin Fronteras ha dirigido el hospital desde 2014. Era responsable de los departamentos de pacientes hospitalizados y ambulatorios, incluidas las salas de maternidad, de pediatría y de nutrición.
Explica que aunque es fácil caer en la trampa de cuestionar las nuevas reglas y regulaciones, es mejor aceptar que los nuevos límites están allí por un motivo. “Estaremos más en paz con nosotros mismos cuando aceptemos esta idea, en lugar de estar en un estado constante de querer desafiar a la autoridad. Recordemos: ¡nuestra libertad regresará!”
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Tener actividades… ¡y aperitivos!
El jefe de obra Jeff Fischer regresó hace poco de un trabajo de seis meses en Kunduz, Afganistán, donde el contexto de la seguridad es restrictivo. El único traslado permitido era desde el alojamiento al lugar de trabajo, donde Jeff dirigía la construcción de un hospital de traumatología. Cuando se intensificó la actividad militar, el equipo se vio obligado a permanecer en un espacio incluso más pequeño durante días seguidos.
Jeff explica que es importante tener algunas actividades y proyectos previstos.
“Yo estaba al tanto del contexto del proyecto antes de aceptarlo, y llegué con chocolates y rompecabezas para compartir. También llevé un ukelele barato para aprender a tocarlo… El equipo estaba conformado por personas de aproximadamente una decena de nacionalidades, y compartir recetas y cocinar juntos se convirtió en el pasatiempo favorito; incluso construimos un horno a leña para pizza en el pequeño jardín”.
Catherine Flanigan se hace eco de la importancia de mantenerse ocupado. Estaba a bordo del Ocean Viking cuando las autoridades italianas lo pusieron en cuarentena por 14 días cuando COVID-19 llegó a Italia.
“Intentamos mantenernos ocupados, haciendo trabajos y sesiones de capacitación. También intentamos entretenernos entre nosotros con juegos, preguntas, películas y cosas comunes. El barco probablemente estaba más reluciente que nunca, y limpiábamos una y otra vez. Pero era verdaderamente difícil no tener nuestras rutinas habituales y no poder hacer el trabajo que habíamos venido a hacer”.
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Establecer una rutina, incluso con ejercicios
Al Dr. Tom Niccol le resultó útil tener una rutina para darle una estructura a sus días.
“A veces es abrumador tener tanto tiempo libre sin acceso a las tareas habituales que llenan el día. Es importante elaborar una rutina incluso si se trata de programar quehaceres mundanos, como lavar ropa por la mañana y ponerse al día con la familia por teléfono al mediodía, etc. Esto ayudará a estructurar el día, a mantener la productividad, y a dar un motivo para levantarse de la cama”.
Incluso si el espacio es limitado, también se recomienda hacer ejercicio por sus evidentes beneficios para la salud física y mental.
“Me compré una cuerda para saltar, bandas de resistencia y una colchoneta para yoga. En un área de 1 m x 2 m de piso, puedo hacer ejercicios cardiovasculares y de resistencia”, comenta.
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Encontrar los aspectos positivos
El confinamiento puede ser difícil, ya que ofrece poco acceso a muchas de las actividades que dan placer. Muchos de nuestros trabajadores en el terreno también viven sin comodidades; por ejemplo, el Dr. Tom Niccol estaba viviendo en una carpa sin acceso a agua caliente. Pero nuestros trabajadores en el campo sugieren que es de ayuda buscar los aspectos positivos dentro de los nuevos límites.
“El confinamiento me obligó a descansar”, expresa Tom. “Me obligó a ser innovador y a aprender estrategias de adaptación para el ‘tiempo a solas’. Incluso estaba más conectado con los amigos y la familia, ya que tenía tiempo para charlas largas”.
Jeff Fischer explica que las condiciones de vida en hacinamiento, frente a la situación de explosiones y disparos, “dio lugar a lazos estrechos de compañerismo”.
“Los ingredientes principales para vivir juntos cómodamente en este contexto parecen ser la tolerancia, el respeto y la consideración por los demás, los buenos modales y el sentido del humor”.