Los enfrentamientos armados en plena calle hacen prácticamente imposible desplazarse o trasladar a enfermos y heridos. MSF recuerda que los civiles no deben ser blanco de los combatientes y que deben garantizar su acceso a los servicios médicos.
El recrudecimiento de los combates hace aún más difícil el acceso de los civiles a la atención médica. En el oeste de Costa de Marfil, los nuevos avances de la línea de frente han provocado la huida de miles de personas durante los últimos días, mientras que en muchos barrios de Abiyán resulta prácticamente imposible desplazarse de un lugar a otro. En las calles se producen incontables actos de pillaje y multitud de hombres armados continúan disparando, lo que hace que sea muy difícil acceder a los pocos servicios de salud que continúan funcionando.
«El acceso a la atención médica es fundamental. Es imperativo que los civiles no sean blanco de los combates y que los pacientes tengan acceso a los hospitales, pide el Dr. Mego Terzian, coordinador de emergencias de MSF.
Los equipos de la organización trabajan en el hospital de Abobo Sur, el único que continúa en funcionamiento de todos los distritos del norte de Abiyán y donde ayer se recibieron nuevamente decenas de heridos de bala. Los pacientes son trasladados a pie hasta el centro hospitalario, ya que las ambulancias hace tiempo que dejaron de prestar servicio. El material médico y las medicinas empiezan a escasear en todo el país y el personal médico del Ministerio de Salud ha abandonado los hospitales hace ya varias semanas. Sólo en Abiyán, los equipos de MSF, con la colaboración de los médicos del sistema de salud nacional, han tratado a más de 300 heridos en el último mes.
Ante el avance de la línea de frente y el aumento de la violencia, miles de personas abandonaron Abiyán el pasado fin de semana, pero aún son muchos los ciudadanos que permanecen en la ciudad. La gente se ha refugiado con familiares o amigos, o permanece encerrada en sus casas. Desde hace una semana, no han cesado los disparos y se han multiplicado los saqueos, lo que hace que tanto los heridos como todas aquellas personas que necesitan atención médica no se arriesguen a ir a los centros de salud, a menos que ya no les quede más remedio.
La misma situación en el oeste y el centro del país
En las ciudades de Bangolo y Duékoué, en el oeste de Costa de Marfil, MSF se ha hecho cargo en los últimos tres días de unos 250 heridos. «Una vez más, son los civiles quienes sufren las consecuencias de la violencia y de los combates, lamenta Renzo Fricke, otro de los coordinadores de MSF. Nuestros equipos están priorizando el traslado de los pacientes que necesitan ser operados de urgencia, pero hay muchas otras personas que nos llegan con otra clase de problemas como malarias severas, partos o enfermedades crónicas y que también necesitan ser atendidos de inmediato», explica Renzo Fricke. Además, moverse de un lugar a otro estos días es muy difícil y puede poner en peligro la vida de los pacientes».
En Duékoué, localidad seriamente afectada por los combates, MSF cuenta con un equipo que trata a los pacientes allí mismo y que estabiliza a los que necesitan ser transferidos a Bangolo, a 30 kilómetros de distancia, donde son operados por otro equipo de MSF que trabaja en el único hospital que sigue abierto en la zona. Otro equipo de la organización en Duékoué atiende a los desplazados que siguen llegando al campo que gestiona la Misión Católica.
En Guiglo, el personal de MSF atiende en la medida de lo posible a las miles de personas que han llegado en los últimos días a causa de los combates, pero la inseguridad dificulta enormemente la evacuación de los heridos hasta Bangolo o Duékoué.
En los hospitales de la capital, Yamusukro, y de Bouaké, ambas ciudades situadas en el centro del país, también se han recibido numerosos heridos en los dos últimos días. MSF ha hecho donaciones de suministros médicos para tratar a los pacientes, pero, tal y como advierte Renzo Fricke, la falta de medicamentos y de instrumental médico es un problema que afecta a todos los hospitales debido a la parálisis económica en la que está sumida el país.
MSF es una organización médico-humanitaria que opera de manera completamente imparcial y estrictamente neutral. Para preservar su independencia, sus actividades en Costa de Marfil son financiadas exclusivamente por sus socios y donantes privados.