Situación actual en el campo
A pesar de los anuncios esperanzadores, tras las conversaciones de paz en Ginebra, no ha llegado ayuda significativa al campo de Zamzam ni a la ciudad de El Fasher que está asolada por la guerra.
El Comité de Examen de la Hambruna del CIP concluyó el 1 de agosto que prevalecen condiciones de hambruna en la zona. Desde entonces, la situación no ha mejorado.
La mayoría de las carreteras de suministro están controladas por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Esto ha hecho casi imposible llevar alimentos terapéuticos, medicinas y suministros al campo desde mayo, cuando los combates en El Fasher se intensificaron.
No hay más tiempo que perder si se quieren evitar miles de muertes prevenibles.
Desnutrición infantil alarmante
Entre los más de 29.000 niños y niñas menores de cinco años examinados la semana pasada en Zamzam:
- el 10,1% padece desnutrición aguda grave, una afección potencialmente mortal.
- el 34,8% sufre desnutrición aguda global, que puede evolucionar hacia una forma más grave si no se trata eficazmente y a tiempo.
«Las tasas de desnutrición detectadas durante el cribado son enormes y probablemente algunas de las peores del mundo en la actualidad. Lo más preocupante es que sabemos, por experiencia, que estos resultados son una infravaloración, ya que solo utilizamos la medición de la circunferencia del brazo, sin complementarla con el peso y la altura. Si hubiéramos podido hacer una evaluación más exhaustiva, los resultados habrían sido aún más graves», explica Claudine Mayer, referente médico de nuestra organización.
«Estamos hablando de miles de niños que morirán sin acceso a tratamiento adecuado. Urgen soluciones inmediatas para permitir la llegada de ayuda humanitaria y bienes esenciales a Zamzam. Se nos acaba el tiempo.»
Michel Olivier Lacharité, jefe de operaciones de emergencia de nuestra organización.
Un cribado masivo que realizamos en marzo de 2024 reveló una tasa de desnutrición aguda grave del 8,2%. La tasa de desnutrición aguda global fue del 29,4%, duplicando el umbral de alerta del 15% establecido por la Organización Mundial de la Salud.
Problemas con el suministro de alimentos
Los únicos alimentos disponibles provienen de reservas preexistentes, que no son suficientes para la población local. Los precios de los alimentos son al menos tres veces más altos que en el resto de Darfur.
Además, los precios del combustible están muy altos, lo que dificulta el bombeo de agua y el funcionamiento de las clínicas. Las clínicas dependen de generadores para obtener electricidad, lo que complica aún más la situación. Nuestro personal sobre el terreno informa que para muchos es imposible contar con más de una comida al día.
En una situación tan grave, deberíamos ampliar nuestra respuesta. Sin embargo, al quedarnos sin suministros, estamos llegando a un punto crítico.
«Recientemente, hemos tenido que reducir nuestra actividad para centrarnos únicamente en los niños y niñas en las condiciones más graves.» afirma Claudine Mayer.
Esto significa que hemos tenido que suspender el tratamiento de las formas menos graves de malnutrición, que afectaban a 2.700 niños. También hemos tenido que poner fin a las consultas para adultos y niños mayores de cinco años, que sumaban miles de consultas cada mes.
Impacto en la comunidad y necesidades urgentes
Se estima que el campo de Zamzam alberga entre 300.000 y 500.000 personas, muchas de ellas desplazadas varias veces. Estas personas intentan huir de la guerra que desgarra su país desde el año pasado.
En El Fasher, donde vivían muchos de los desplazados, solo queda parcialmente en pie un hospital. Los demás hospitales han sido dañados o destruidos en el conflicto.
«Debido a estos bloqueos inaceptables de suministros, sentimos que estamos dejando atrás a un número creciente de pacientes con pocas opciones de recibir atención médica vital. Si las carreteras no son una opción para entregar suministros urgentes al campamento, las Naciones Unidas deberían explorar todas las alternativas disponibles.» añade Michel Olivier Lacharité.