Las condiciones de recepción de las personas migrantes en la provincia del Darién, Panamá, se están deteriorando. Nuestra organización, presente en la Estación de Recepción Migratoria (ERM) de San Vicente, es testigo de las enormes carencias de protección, de atención médica o de servicios básicos, entre otras, con las que la población itinerante que llega a Panamá es recibida. En promedio están llegando a la estación 300 personas migrantes por día, quienes tienen dificultades para acceder a atención médica o servicios de urgencia básicos.
De acuerdo con Rabia Ben Ali, nuestra coordinadora en Panamá, “las condiciones para la recepción de migrantes son insuficientes. Cada día son cientos de personas que llegan a Canaán Membrillo, la primera población que encuentran en Panamá tras cruzar el Darién, pero donde no reciben atención médica, y luego son llevados a San Vicente, en donde difícilmente encuentran condiciones adecuadas para la atención según estándares internacionales”.
A diferencia del año anterior, cuando las personas migrantes llegaban al poblado de Bajo Chiquito – donde brindamos atención junto con el Ministerio de Salud durante 2021 – y luego eran trasladadas a las ERM de Lajas Blancas y San Vicente, actualmente es la zona de Canaán Membrillo la que se ha convertido en la puerta de entrada a Panamá para la mayoría de ellas. Allí, las mujeres víctimas de violencia sexual no reciben ningún tipo de atención, como tampoco otros pacientes que sufren problemas médicos graves. Cuando llegan a la ERM de San Vicente, muchas veces las complicaciones médicas se han agudizado y el tiempo para que un tratamiento médico preventivo sea efectivo en casos de violencia sexual es insuficiente.
En las últimas semanas, ha aumentado el número de casos de víctimas de violencia sexual que no reciben atención oportuna dentro de las 72 horas transcurridas después de la agresión, por lo que consideramos indispensable que las autoridades panameñas pongan en marcha los mecanismos para la detección de los casos de violencia sexual en Canaán Membrillo y hagan efectivos los mecanismos de protección para evitar las agresiones a migrantes a lo largo de la ruta.
Las condiciones de las instalaciones de San Vicente también deben ser mejoradas. No hay acceso general a dormitorios, en el suelo duermen niños y mujeres embarazadas y las condiciones higiénicas son deficientes. Estas condiciones afectan a los migrantes tanto en su salud física como mental.
Durante el mes de abril, en promedio, nuestros equipos atendieron diariamente a 78 pacientes. La mayoría de las patologías detectadas fueron enfermedades en la piel y dolores en el cuerpo (61%). Diarreas, infecciones respiratorias y enfermedades en el sistema digestivo representaron el 20% de los casos.
En promedio, además, nuestro equipo de salud mental atendió diariamente seis pacientes por afectaciones como estrés agudo, episodios depresivos, reacciones ansiosas y duelos relacionados con muertes de familiares durante el camino, así como muertes por ahogamiento. Los episodios que generaron estas afecciones tuvieron que ver, en su gran mayoría, con las experiencias negativas al cruzar las peligrosas rutas de la selva del Darién, donde hemos documentado violencia sexual, robos y accidentes por las características del camino.
Si bien en enero y febrero se presentó una reducción en el flujo de personas migrantes por la selva del Darién, en marzo y abril este ha incrementado, lo mismo que los casos de robos y violencia sexual. En 2022, desde enero hasta la primera semana de mayo, atendimos a 89 casos de violencia sexual ocurridos en la travesía por el Darién. En 2021 (abril a diciembre) fueron 328 los casos atendidos.
Es por ello que reiteramos la petición de ruta segura, además de atención médica para urgencias en Canaán Membrillo y una mejora en las condiciones de acogida en la ERM de San Vicente para las personas migrantes que atraviesan el Darién.