La actual epidemia de hepatitis E en Diffa, en el sureste de Níger declarada por las autoridades nigerinas la semana pasada, pone de relieve las pésimas condiciones de agua y saneamiento en las que vive la gran mayoría de la población desplazada y refugiada en la región, afirma hoy la organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF).
Desde diciembre de 2016 y hasta el 23 de abril de 2017, 135 casos de ictericia han sido detectados en Diffa. La ictericia es uno de los síntomas más comunes de hepatitis E y provoca una coloración amarillenta de la piel y los ojos. Muchos de estos casos eran mujeres embarazadas que necesitaron ser hospitalizadas en el en el centro materno-infantil de la ciudad de Diffa, donde MSF trabaja con el Ministerio de Salud; 25 de ellas murieron debido a un fallo hepático agudo. La hepatitis E fue finalmente confirmada por análisis de laboratorio a mediados de abril.
La hepatitis E, causada por el virus VHE, puede provocar insuficiencia hepática y la muerte. No tiene tratamiento específico y es especialmente mortal en mujeres embarazadas. La enfermedad se propaga principalmente a través de agua contaminada.
El actual brote de hepatitis E está estrechamente ligado a las deficiencias en el suministro de agua, la higiene y el saneamiento para la población desplazada y refugiada en Diffa, 240.000 personas según cifras oficiales. Se trata de una población especialmente vulnerable que lleva años sufriendo las consecuencias del conflicto entre Boko Haram y los ejércitos de la región.
“Las actividades de agua y saneamiento claramente no están cubriendo las necesidades de esta población, tal y como llevamos alertando desde hace meses”, explica Elmounzer Ag Jiddou, coordinador general de MSF en Níger. “Por eso hacemos un llamamiento a las autoridades y a todas las organizaciones humanitarias presentes en Diffa para que aumenten rápida y considerablemente su intervención en esta área y así se garantice un suministro de agua y un sistema de saneamiento adecuados”.
Para contener el brote, MSF está trabajando en coordinación con el Ministerio de Salud desde hace semanas. La organización apoya la formación de personal de salud, y dedica recursos humanos y materiales específicos tanto en la comunidad, como en los centros de salud y hospitales para asegurar la detección temprana de casos, su derivación a servicios médicos y buen tratamiento de los pacientes. Al mismo tiempo, la organización lleva a cabo campañas de sensibilización entre la población sobre medidas de higiene básicas, como lavarse las manos.
MSF también ha reforzado significativamente sus actividades de agua y saneamiento en Kitchendi, GarinWazan y Toumour, donde se concentran alrededor de 135.000 personas, la gran mayoría desplazados. Así, la organización distribuirá tabletas para la cloración de agua y bidones para 16.800 familias en estas localidades. Hasta el momento, se han tratado 105.700 litros de agua y también se están limpiando bidones que ya estaban siendo utilizados por la comunidad para contener el brote.
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MSF trabaja en la región de Diffa desde finales de 2014.
Para mejorar el acceso a la salud de la población local y desplazada, MSF trabaja conjuntamente con el Ministerio de Salud en el principal centro de salud materno-infantil de la ciudad de Diffa, en el hospital de distrito de Nguigmi y en varios centros de salud de los distritos de Diffa, Nguigmi y Bosso.
En ambos hospitales, MSF apoya las unidades de salud sexual y reproductiva, pediátrica, así como apoyo de salud mental. En el hospital de Nguigmi, el equipo además trata a los niños con desnutrición aguda severa. En los centros de salud, MSF lleva a cabo consultas de salud primaria, salud reproductiva y apoyo en salud mental, así como actividades de vacunación y suministro de suplementos nutricionales. Además, MSF implementa actividades de agua y saneamiento, y distribuye artículos de primera necesidad cuando es necesario.