El Ébola es una enfermedad infecciosa grave que se propaga entre humanos por transmisión de persona a persona. En la actualidad, es una afección cuya tasa de letalidad media se sitúa en torno al 50%, dependiendo de las circunstancias y de la respuesta sanitaria.
Sin embargo, a través de un adecuado control de los brotes y de la adopción de diversos tipos de medidas, tales como la atención de los casos, el control de infecciones, la vigilancia y el rastreo de los contactos, y las prácticas funerarias seguras y dignas, es posible reducir el índice de mortalidad de la enfermedad.
¿Qué es el Ébola?
La enfermedad por el virus del Ébola, antes llamada “fiebre hemorrágica del Ébola”, es una enfermedad potencialmente letal provocada por el virus del mismo nombre, y es una de las más mortíferas que se conocen para el ser humano.
¿Cuál es la causa del Ébola?
Se considera que los murciélagos de la fruta son los huéspedes naturales del Ébola.
Tal como afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS), el virus se introduce en la población humana por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados, tales como murciélagos frugívoros, chimpancés, gorilas, monos, antílopes o puercoespines encontrados enfermos o muertos en la selva tropical.
¿Cómo se contagia el virus del ébola?
El virus del Ébola no se contagia a través del aire, sino por contacto directo o indirecto con:
- Animales infectados: al prepararlos, cocinarlos o comerlos.
- Líquidos corporales de personas infectadas, como saliva, orina, heces o semen (solo cuando éstas presentan síntomas).
- Objetos que contengan líquidos corporales de personas infectadas, como ropa de vestir o de cama.
- Cadáveres infectados: la manipulación de los cadáveres es un momento de alto riesgo para la propagación de la enfermedad. Este aspecto es uno de los desafíos para las actividades de sensibilización en las comunidades cuyos ritos funerarios se basan en el amortajamiento de los muertos personalmente por sus seres queridos.
Se calcula que cada persona enferma transmite la enfermedad a otras dos. Por ello, tanto los familiares de los enfermos como los miembros del personal sanitario que los asisten están expuestos a contraer la enfermedad si no toman las medidas de protección adecuadas.
¿Cuáles son los síntomas del Ébola?
Los síntomas más comunes en las personas que contraen la enfermedad son:
- Aparición súbita de fiebre y cansancio.
- Dolores musculares, de cabeza y de garganta.
- Vómitos.
- Diarrea.
- Erupciones cutáneas.
- Hemorragias externas e internas.
De acuerdo con la OMS, el tiempo transcurrido desde que una persona se infecta hasta que presenta síntomas suele ser de 2 a 21 días.
Hasta que el paciente no posee síntomas, no es contagioso. Sin embargo, una vez que presenta signos claros de la enfermedad, puede contagiarla mientras su cuerpo aún contenga el virus e incluso después de haber fallecido.
Luego de recuperarse del Ébola, algunos pacientes pueden presentar los siguientes síntomas durante 2 años o más:
- Cansancio.
- Dolor de cabeza.
- Dolores musculares y articulares.
- Dolor ocular y problemas de visión.
- Aumento de peso.
- Dolor de barriga y pérdida de apetito.
- Caída del cabello y problemas en la piel.
- Trastornos del sueño.
- Pérdida de memoria.
- Pérdida de audición.
- Depresión y ansiedad.
¿Cómo se diagnostica el Ébola?
El diagnóstico es complicado si la persona ha sido infectada pocos días antes, ya que los primeros síntomas (irritación ocular, dolor muscular o fiebre) son frecuentes en otras enfermedades comunes.
Sin embargo, si una persona presenta síntomas y hay razones para creer que podría estar infectada con ébola, debe ser aislada inmediatamente y su caso notificado a las autoridades sanitarias. El diagnóstico se confirma mediante una prueba PCR-RT (reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa), que detecta el virus y los antígenos en una muestra de fluido.
¿Cómo se trata el Ébola?
El tratamiento estándar contra el Ébola incluye rehidratación oral o intravenosa y administración de antipiréticos y analgésicos (para la fiebre y el dolor, sobre todo abdominal y de articulaciones, que puede ser muy fuerte), antieméticos (contra la náusea) y tranquilizantes.
Estos cuidados intentan mantener hidratado al paciente, asegurando su nivel de oxígeno y su presión arterial, al tiempo que se le proporcionan suplementos nutricionales y vitamínicos, así como antibióticos de amplio espectro si desarrolla infecciones.
¿Cómo prevenir el Ébola?
Prevenir la transmisión es crucial para frenar un brote. Por eso, los pacientes son atendidos en centros de tratamiento donde se los aísla con estrictas medidas de control de infecciones y donde el personal sanitario trabaja debidamente equipado con trajes de protección biológica.
Resulta prioritario también identificar a las personas con las que el enfermo haya estado en contacto, así como proceder al enterramiento seguro de los fallecidos.
Por todo ello, son esenciales las actividades de promoción de la salud, con el fin de informar a la población sobre la amenaza que constituye el virus, sobre las medidas de protección necesarias y sobre qué hacer en caso de desarrollar los síntomas.
Además, en los últimos años se han desarrollado una serie de vacunas contra el Ébola que han tenido resultados positivos en materia de inmunización y control de propagación de brotes epidémicos.
Respuesta de Médicos Sin Fronteras a los brotes de Ébola en el mundo
Desde 1995, hemos intervenido en 15 brotes de Ébola, casi todos los declarados, y somos la organización médica de referencia en la respuesta a este virus.
Nuestras áreas de trabajo son básicamente tres:
- Atención médica y psicoemocional a pacientes con síntomas y casos confirmados.
- Contención e información: consiste en la búsqueda de posibles personas enfermas o fallecidas, el aislamiento de los casos sospechosos, la desinfección de las casas y pertenencias de los afectados, y el seguimiento de las personas con las que estos hayan estado en contacto.
- Sensibilización comunitaria: buscamos informar a la población sobre el origen de la epidemia, las formas de contagio y las medidas de prevención que deben tomarse, los cuidados médicos que se ofrecen a los enfermos en los centros de tratamiento y la forma de realizar ritos funerarios seguros.
Nuestras últimas actividades de asistencia frente a los brotes de Ébola:
- En 2020, tratamos a 1.030 personas con fiebres hemorrágicas, entre ellas el Ébola.
- El 23 de abril de 2022 se declaró una nueva epidemia de Ébola en República Democrática del Congo, donde prestamos apoyo sanitario.
- El 20 de septiembre de 2022 comenzó la séptima epidemia de Ébola en Uganda, la cual fue declarada como finalizada en enero de 2023. Allí proporcionamos apoyo médico a 118 pacientes con casos confirmados y a más de 1.000 pacientes con casos sospechosos.