El 30 de enero se estableció como el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas con el fin de generar conciencia y recibir apoyo de la sociedad en la lucha contra estas enfermedades que afectan principalmente a personas en los países en desarrollo.
¿Cuáles son los tipos de enfermedades tropicales desatendidas?
En nuestra organización, trabajamos con algunas de las enfermedades tropicales más descuidadas y potencialmente mortales: leishmaniasis cutánea, envenenamiento por mordedura de serpiente, noma, enfermedad de Chagas y enfermedad del sueño.
A continuación, te contamos lo principal que tienes que saber de cada una de ellas.
Leishmaniasis cutánea
La leishmaniasis cutánea es la forma más común de leishmaniasis que afecta a los humanos.
Es una infección causada por un parásito unicelular transmitido por la picadura de un mosquito flebótomo hembra. Aunque no es mortal, puede causar desfiguraciones físicas severas que conducen al estigma y la discriminación.
Por esta razón, las y los pacientes con esta enfermedad experimentan con frecuencia sufrimiento psicológico al sufrir exclusión de la comunidad.
Ante las lesiones cutáneas visibles, muchas personas abandonan la vida social que solían tener antes de contraer la enfermedad.
No obstante, la leishmaniasis cutánea es una enfermedad curable. Se inyecta un medicamento llamado antimoniato de meglumina en las lesiones o en un músculo diariamente durante 20 a 28 días o quincenalmente durante 4 a 6 semanas, dependiendo de la gravedad de la infección.
Actualmente, contamos con un proyecto en Baluchistán, Pakistán, en donde brindamos diagnóstico, tratamiento especializado, medicación segura y eficaz, capacitación a personal médico sobre esta enfermedad y apoyo en salud mental a las y los pacientes.
Mordeduras de serpiente
El envenenamiento por mordedura de serpiente mata más personas que cualquier otra enfermedad tropical desatendida listada por la Organización Mundial de la Salud.
Cada año, más de cinco millones de personas son mordidas por serpientes, de las que mueren entre 81.000 y 138.000.
En América Latina y el Caribe, el número de personas que sufren mordedura de serpientes por año es de 137.000 a 150.000, mientras que las muertes rondan entre 3.400 y 5.000 personas.
Además, hasta 2,7 millones de personas siguen desarrollando una enfermedad clínica tras una mordedura de serpiente, dado que puede dejar graves secuelas, como discapacidades de por vida, ceguera, dificultades para caminar e, inclusive, miembros amputados.
Además, puede generar también importantes desórdenes psicológicos, desde pesadillas hasta estrés postraumático.
En nuestros hospitales, casi todas las víctimas de mordeduras de serpientes sobreviven, lo que demuestra la importancia crucial de contar con antídotos de calidad, acceso inmediato a la atención, personal mejor capacitado y una mayor inversión en la concientización de las comunidades y la prevención de las mordeduras.
Noma
El noma es una infección de la cavidad oral que destruye el tejido y causa deformidades faciales y discapacidades potencialmente mortales.
Es una enfermedad desatendida muy poco conocida que afecta principalmente a niños y niñas que viven en condiciones de pobreza en zonas de África y Asia y que no pueden acceder a alimentos nutritivos o a una buena higiene dental.
Hasta el 90% de las niñas y niños afectados mueren en las primeras dos semanas si no reciben a tiempo el tratamiento con antibióticos.
Aquellas personas que sobreviven pueden permanecer con desfiguraciones faciales severas que les impiden comer, hablar o respirar adecuadamente. Muchas de ellas deben enfrentarse al estigma, la exclusión social y la discriminación en sus comunidades.
Después de tres años haciendo campaña para que el noma se reconociera como una enfermedad tropical desatendida (ETD), acogemos con satisfacción la inclusión de la misma en la lista oficial de ETD de la OMS.
En octubre 2023, el Grupo Asesor Estratégico y Técnico sobre Enfermedades Tropicales Desatendidas (STAG-NTD, por sus siglas en inglés) concluyó que el noma cumple todos los criterios para ser incluido en la lista oficial de la OMS.
En nuestra organización, apoyamos desde 2014 las iniciativas de tratamiento para el noma desarrolladas por el Sokota Noma Hospital, al noroeste de Nigeria.
Allí nuestros equipos brindan cirugías reconstructivas, apoyo nutricional, apoyo de salud mental y actividades de divulgación a personas con la enfermedad. Desde 2014, nuestro personal quirúrgico ha realizado 1.203 cirugías a 837 pacientes.
Chagas
La enfermedad de Chagas es la enfermedad parasitaria más común y la principal causa de insuficiencia cardíaca y muerte en países endémicos de América Latina.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, entre 6 y 7 millones de personas se encuentran infectadas con esta enfermedad, mientras que más de 70 millones están en riesgos de contraerla.
Aunque en los últimos 30 años ha habido mejores controles en los países endémicos, existe todavía una gran brecha en la disponibilidad y acceso al diagnóstico y tratamiento: se estima que el 99% de las personas con enfermedad de Chagas permanecen sin diagnosticar y menos del 0,2% reciben el tratamiento que necesitan.
Esta enfermedad se transmite a través de un insecto conocido como “triatomino” o llamado popularmente “vinchuca”, “chinche picuda” o “barbeiro”, según la zona geográfica. Este coloniza casas pobremente construidas en asentamientos urbanos y áreas rurales de América Central y Sudamérica.
Entre 1999 y 2015, ofrecimos diagnóstico y tratamiento gratuitos del Chagas en Honduras, Nicaragua, Guatemala, Colombia, Bolivia, Paraguay y México, entre otros países.
Facilitamos a más de 117.000 personas el acceso a las pruebas de diagnóstico y, de los 11.000 pacientes confirmados, 8.200 finalizaron el tratamiento con éxito.
Nuestro trabajo reafirmó que el Chagas puede diagnosticarse y tratarse incluso en contextos de pocos recursos y en zonas rurales, y que debe integrarse dentro de la atención primaria de salud para ampliar la cobertura y que más personas puedan ser diagnosticadas y tratadas.
Enfermedad del sueño
La enfermedad del sueño solía ser una de las enfermedades tropicales más olvidadas en el mundo.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, fue una de las principales causas de muerte en el entonces Congo Belga (actual República Democrática del Congo). Grandes epidemias de esta enfermedad devastaron amplias áreas del continente africano.
Pero actualmente, los casos de enfermedad del sueño se están reduciendo año tras año gracias a los programas de control.
Esta enfermedad parasitaria es transmitida por la mosca tsé-tsé. Su nombre proviene de uno de sus síntomas principales: la disrupción del ciclo de sueño-vigilia, con brotes de insomnio a la noche y una abrumadora necesidad de dormir durante el día.
Sin tratamiento, la enfermedad puede ser fatal; y si no es atendida a tiempo, puede generar cambios permanentes en la personalidad y problemas psiquiátricos en los pacientes.
Entre 1986 y 2019, examinamos a casi 3,5 millones de personas y tratamos a más de 50.000 pacientes con enfermedad del sueño en siete países.
Los éxitos logrados implican ahora un número muy bajo de casos, lo que ya no justifica que tengamos proyectos independientes solo para tratar la enfermedad.
Otras enfermedades tropicales desatendidas
Nuestra organización también trabaja alrededor del mundo para diagnosticar y tratar la rabia y el control de mordeduras de perro, la fiebre del dengue y otras enfermedades transmitidas por vectores, la esquistosomiasis, las enfermedades transmitidas por el agua y las enfermedades sensibles al clima.
Nuestra lucha contra las enfermedades tropicales desatendidas
En los últimos 30 años, hemos tratado cientos de miles de pacientes afectados por las principales enfermedades tropicales desatendidas. Sin embargo, en algunas ocasiones hemos sido uno de los pocos actores que intervienen en zonas con recursos escasos y un frágil sistema de salud.
Si bien ha habido grandes progresos y se ha acrecentado la atención mundial ante la problemática, los avances hacia su control y eliminación se ven amenazados por múltiples factores como los desastres naturales, las crisis humanitarias, el cambio climático y los desplazamientos de población.
Existe, además, un gran riesgo de que los recursos y el financiamiento destinado a estas actividades se vean reducidos.
Pedimos con urgencia nuevas y mejores pruebas de diagnóstico y un mayor compromiso en la detección y tratamiento de estas enfermedades para mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.