El 11 de julio de 2013, cuatro miembros del equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) que estaban realizando una misión exploratoria para evaluar las necesidades médicas en Kamango, en la provincia de Kivú del Norte, en República Democrática del Congo (RCA), fueron secuestrados durante un ataque en el pueblo, por el grupo armado Fuerzas Democráticas Aliadas (FDA).
El grupo armado (FDA) continúa alimentando un clima de terror en esta región situada entre las Montañas Rwenzori y los densos bosques del Parque Nacional Virunga, donde el secuestro es algo común. Al igual que el equipo de MSF, cientos de personas, en su mayoría congoleses pero también ugandeses, burundianos y tanzanos, han desaparecido dando al conflicto una dimensión regional.
Al día siguiente del secuestro creamos una unidad especial para encontrar a nuestros colegas. El 29 de agosto de 2014, aprovechando las operaciones militares lanzadas por el ejército congoleño contra el grupo armado Fuerzas Democráticas Aliadas (FDA), uno de nuestros compañeros, Chantal Kaghoma, logró huir luego de más de 13 meses de detención. Lamentablemente, mientras muchos otros rehenes escaparon de sus carceleros durante el mismo período, todavía no tenemos noticias de Philippe Bundya Musongelwa, Richard Muhindo Matabishi y Romy Ya-Dunia Ntibanyendera.
A pesar de nuestros esfuerzos y de la escalada de violencia en República Democrática del Congo y particularmente en Kivú del Norte, todavía no pudimos averiguar el paradero de nuestros tres colegas. Seguimos con nuestras investigaciones, no sólo en República Democrática del Congo sino también a través de sus fronteras, y continuamos apoyando a las familias de nuestros tres colegas desaparecidos.
La existencia del grupo Fuerzas Democráticas Aliadas (FDA) al igual que otros grupos armados de la región, que han existido durante muchos años, no puede explicarse únicamente por la lejanía geográfica o su modus operandi. Estos grupos no podrían subsistir ni operar sino fuera por intermediarios y apoyo externo.
Médicos Sin Fronteras (MSF) continúa con sus investigaciones pero sin la ayuda de otros actores sociales, económicos y políticos, tanto locales como regionales, el destino de nuestros colegas y de cientos de otras personas permanece incierto. Llamamos a que los responsables de la toma de decisiones y aquellos con influencia, no sólo en República Democrática del Congo sino en toda la región, a que se comprometan en obtener la liberación de los rehenes y llevar este asunto a una conclusión rápida y positiva.