Fatia, de 18 años, cruzó la frontera de Myanmar con su familia y está esperando en la «berma» (entre Myanmar y Bangladesh) para entrar en Bangladesh.
«Nos tomó 11 días venir aquí, cruzamos las colinas y los campos. Nos quedamos en el medio del camino. Algunos días tuvimos comida, otros días nada. Después de eso, llegamos a la frontera y nos quedamos allí durante 3 días. Se necesitan 3 días para cruzar y luego en este lado, nos quedamos por 2 días. Ayer por la tarde cruzamos el río y por la mañana llegamos aquí.
«Cruzamos porque antes había demasiada tortura. ‘Mog’ solía golpearnos, quemar nuestras casas, arrebatarnos el ganado. Pero ahora, tampoco recibimos comida. En las noches ‘Mog’ viene y nos roba. Ahora es por eso que vinimos aquí, porque no recibimos ningún alimento, ninguna medicina y no pudimos tolerar ninguna tortura. Tenemos miedo de que vengan y nos roben, nos lleven. Es por eso que vinimos aquí.»
Los rohingyas usan esta palabra «Mog» para identificar a cualquier persona que no sea rohingya, y de etnia birmana. Entonces, un Mog puede ser un simple aldeano o un monje o un militar. Se puede traducir: «ellos».
No sé lo que va a suceder, pero como estamos aquí, nos sentimos mejor. Pero estamos enfrentando problemas con la comida un poco. Aún no teníamos arroz, estamos hambrientos. Hay personas que mueren diariamente aquí. Hay 2 o 3 muertes a diario, no podemos comer arroz pero hoy tenemos algo. Se siente mejor. Creo que también podemos obtener arroz, pero no sé si va a suceder.
Hacia dónde vamos, no lo sé. Iremos con los demás. Pero si está la decisión de volver, volveremos. Al día siguiente, si nos llevan a Kutupalong, nos quedaremos allí. Si quieren que nos quedemos, aquí nos quedaremos. Nos quedaremos donde quieran. Haremos lo que debemos hacer, qué más podemos hacer, sobreviviremos así”.
Miles de refugiados rohingya huyen de la violencia étnica en el Estado de Rakhine en Myanmar hacia Bangladesh. Los campos de refugiados que ya estaban allí en Bangladesh, específicamente en el distrito de Cox’s Bazar, están enfrentando una repentina y masiva afluencia de refugiados. En respuesta a la crisis humanitaria que se despliega en el distrito de Cox’s Bazar, Bangladesh, desde Médicos Sin Fronteras incrementamos enormemente nuestras operaciones en el país, mientras sigue la afluencia: más de 620.000 refugiados rohingya vienen huyendo del norte de Myanmar desde agosto de 2017.