Después de que el tifón Bopha devastase las regiones costeras de la isla de Mindanao en Filipinas a principios de este mes, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha enviado al lugar equipos para gestionar clínicas móviles. Éstas permitirán proporcionar atención sanitaria básica, vigilar enfermedades potencialmente epidémicas, como el dengue, y prestar apoyo material.
La destrucción, enorme, se extiende a lo largo de 100 kilómetros de costa y ha dejado en condiciones de vulnerabilidad a personas que se encontraban en buen estado de salud, explica Anne Taylor, coordinadora de emergencias de la organización.
En la zona más afectada todos los puestos de salud han quedado destruidos, y los hospitales regionales han sufrido también daños considerables. Las clínicas móviles de MSF, realizadas en estrecha colaboración con el Ministerio de Sanidad, tienen por objetivo cubrir las lagunas en materia de salud patentes en los ocho distritos de las municipalidades de Cateel y de Baganaga.
El equipo de MSF que llegó a la región para evaluar el impacto del tifón la segunda semana de diciembre, tras constatar que el oeste de la isla de Mindanao había sido la zona más afectada, se centró en las comunidades en torno a estas dos poblaciones. En un futuro próximo, el equipo prevé ampliar sus actividades a una tercera municipalidad de la región.
Ahora tenemos dos equipos, con dos enfermeras enviadas por el Ministerio de Sanidad de Filipinas, gestionando cuatro clínicas móviles en la región. Vamos a llevar a cabo esta actividad por lo menos durante cuatro semanas, y después decidiremos si tenemos que quedarnos más tiempo, añade Anne Taylor.