Soy de Boguila, en el noroeste del país. Ahí es donde vivo y donde trabajo como enfermero con MSF, como lo he hecho durante casi diez años. La situación no es precisamente buena en este momento, al punto en que he comenzado a pensar que debería irme. Hay varios grupos armados activos en el área, incluyendo uno que quiere usar el pueblo como su base. Obviamente los líderes en la comunidad no quieren que eso ocurra, y se oponen a la idea. Ahora el grupo los está cazando, acosando, incluso matándolos sistemáticamente por su oposición.
La gente en ese grupo saquea casas y les roba a las personas cuando necesitan dinero, o cualquier otra cosa. Merodean en los arbustos sobre las carreteras principales y sorprenden a las personas cuando pasan, demandándoles todo lo que tienen. Una vez que les han quitado todo, los golpean o los matan. Escuchamos este tipo de historias todo el tiempo – ¡cada dos o tres días! No suelen quedarse mucho tiempo, ya que los grupos de “autodefensa” generalmente los persiguen hasta echarlos al enterarse que estuvieron robándole a la gente.
La consecuencia de todo esto es que la gente tiene miedo de viajar para venir al hospital. MSF es la única organización que ofrece atención gratuita en la región – hay una instalación de MSF en Paoua, a 80 kilómetros, y otra en Bossangoa, un viaje de 115 km. A veces nos damos cuenta que un grupo armado está activo sobre una carretera determinada porque notamos que no ha habido pacientes que lleguen desde esa dirección. No sabemos cuántas vidas podrían haberse salvado si esa gente hubiese podido acceder a nuestros servicios en esos días.
En junio y julio de este año, un taxista de motocicleta fue asesinado en la carretera justo en las afuera de Boguila. Aparentemente fue asaltado y cuando los bandidos habían terminado con él lo mataron. Los taxistas de motocicleta estaban asustados y no querían dejar la ciudad, ya que temían que les pasara lo mismo, por lo que fue imposible encontrar alguien que pudiera transportar los pacientes que necesitábamos referir a otro centro de salud para atención médica avanzada. Dos bebés murieron de anemia inducida por malaria durante ese tiempo porque no pudimos enviarlos a que reciban la atención que necesitaban.
Recientemente, uno de nuestros pacientes, un hombre de 21 años, murió de meningitis porque llegó demasiado tarde. Su familia lo trajo al hospital alrededor de las siete de la mañana, cuando se había comenzado a sentir mal durante la noche. No salían de su casa una vez que oscureciese por la inseguridad. En su pueblo, un hombre había sido robado y asesinado y su cuerpo fue encontrado en los arbustos esa misma semana. En la mañana, tomaron un taxi-moto al centro de salud. Debido al tiempo que había pasado, el joven llegó en condición crítica. Murió mientras yo estaba llenando su hoja de transferencia.
Los mismos problemas de acceso a la atención médica están afectando a la gente que vive con VIH en Boguila y sus alrededores. Ellos vienen a nuestro centro por sus drogas antiretrovirales, y si contraen alguna infección oportunista, cuidamos de ellos. Recientemente me enteré de cuatro muertes en un pueblo no muy lejos en donde un grupo armado acababa de establecerse. No podían buscar sus medicamentos o llegar a un centro de salud, por lo que fallecieron en sus casas. Qué horrible forma de irse.
El problema es que no tenemos ninguna manera de saber cuál es el verdadero costo de esta violencia en la actualidad. Si las rutas son inseguras, la gente no puede moverse – ya sea porque están asustados, o porque se lo están impidiendo físicamente – y nunca llegamos a verlos. Cuando hablamos con las mujeres que traen sus niños al hospital demasiado tarde, ellas nos dicen “prefiero quedarme y enterrar a mi hijo en casa, antes que tratar de salir y que nos ataquen en la carretera”. Es una decisión imposible.
MSF provee apoyo al hospital de Boguila para consultas externas, tratamiento de VIH/Sida, actividades de salud reproductiva, farmacia, laboratorio, vacunación y nutrición ambulatoria. Un equipo internacional de MSF viaja a Boguila una vez por semana para dar apoyo al personal local. MSF redujo sus actividades y retiró al personal internacional del hospital luego de sufrir un robo armado en abril de 2014, durante el cual 19 personas fueron asesinadas, incluyendo tres trabajadores de MSF.