Goma: los campos de desplazados se vacían

Personas refugidas en campamentos en Goma

Miles de personas abandonan los campos para dirigirse a la ciudad, a zonas vecinas o sus lugares de origen, según confirman nuestros equipos en la región.

Cientos de personas están abandonando los campos de desplazados situados en las afueras de Goma y sus alrededores, en la provincia de Kivu Norte, República Democrática del Congo. Casi tres semanas después de que el grupo M23/AFC (Alianza del rio Congo, por sus siglas en francés) tomara el control de la ciudad y varias partes de la región, un gran número de desplazados internos están saliendo de los campos y se dirigen hacia la ciudad, zonas vecinas o, incluso, hacia sus lugares de origen, según confirman nuestros equipos en la región.

«Algunos campos se han vaciado en pocas horas. La gente se va con lo poco que tiene. No sabemos en qué condiciones volverán a casa ni qué encontrarán allí. Pero es crucial que estos desplazamientos sean voluntarios y que las condiciones de acogida en sus zonas de retorno sean seguras». ​

Thierry Allafort-Duverger, responsable de nuestros programas de emergencia en Goma.

Según indica nuestro personal, las personas abandonan los campos por diversas razones. Uno de los motivos que mencionan muchos desplazados son las órdenes de evacuación que, al parecer, dieron miembros del M23, mientras que otros reciben mensajes oficiales en sentido contrario.

Por otro lado, otros expresan su deseo de marcharse tras años sobreviviendo en condiciones desesperadas. Algunos desplazados optan por permanecer en los campos por la peligrosidad del viaje y el hecho de no saber lo que pueden encontrar en sus casas.

Desde Médicos Sin Fronteras, exigimos que el movimiento de personas sea voluntario y que se proporcione ayuda humanitaria urgente donde más se necesite.

«Los mensajes siguen siendo confusos y poco claros, pero lo que es seguro es que la población está muy preocupada, oscilando entre los rumores y la realidad», afirma Allafort. «Las familias son extremadamente vulnerables. La ayuda humanitaria es más que necesaria, tanto para los que se van como para los que se quedan. Por desgracia, estamos viendo que varias ONG no han podido reanudar sus actividades o han suspendido sus servicios, desmantelando sus estructuras en los campamentos«, lamenta.

Personas refugidas en campamentos en Goma
Desplazados internos abandonando el campo de Kimachini, situado junto a Goma. © Daniel Buuma

Durante los últimos tres años, las condiciones de vida en los campos de los alrededores de Goma han estado marcadas por la desesperación y la vulnerabilidad. Una situación que se ha agravado en estas semanas. De hecho, nuestros equipos han sido testigos de cómo algunas personas desmantelaban las instalaciones humanitarias y se llevaban todo lo que pudiera ser potencialmente útil: desde sillas hasta chapas, lonas o cuerdas.

«Esto ocurrió en varios lugares donde estábamos trabajando, como Lushagala, donde una de nuestras clínicas de MSF y un centro de tratamiento del cólera desaparecieron en el espacio de unas horas el lunes«, afirma Allafort. Otros residentes de los campos, por el contrario, han intentado proteger las estructuras humanitarias de los saqueos.

Mejorar las zonas de retorno

A pesar de que las condiciones en los campos ya eran penosas, la situación en los lugares de retorno puede ser igual de desastrosa si las ONG, las agencias de la ONU y las autoridades no proporcionan el nivel mínimo de servicios esenciales.

Tras varios años de guerra, muchos centros de salud en las zonas de retorno han sido saqueados o abandonados y no podrán prestar una atención médica adecuada a quienes la necesiten, ni ahora ni a largo plazo. ​

Para garantizar un nivel mínimo de atención sanitaria a los desplazados, nuestros equipos han instalado clínicas móviles en las carreteras que salen de Goma hacia el este y el norte. Nuestro personal también está realizando evaluaciones en las zonas de retorno.

Personas refugidas en campamentos en Goma
Rachele, de 54 años y madre de siete hijos, procede de la aldea de Kingi, en el territorio de Masisi, y lleva dos años viviendo en el campo de Bulengo. © Daniel Buuma

Más allá de estos esfuerzos, las organizaciones humanitarias deben garantizar el acceso a todos los lugares de retorno y los retornados deben poder acceder a los servicios sanitarios esenciales. Estos incluyen la atención y apoyo a las supervivientes de violencia sexual. Si no se prestan estos servicios, se corre el riesgo de agravar las necesidades sanitarias de la población. ​

Aunque la situación en Goma y sus alrededores evoluciona rápidamente, seguimos prestando asistencia vital a las personas que aún viven en los campos. Esto incluye atención médica, tratamiento de la desnutrición, tratamiento del cólera y atención a supervivientes de violencia sexual. También distribuimos agua potable y alimentos, y reforzamos el saneamiento en los campos. Además, atendemos a heridos por la violencia en los hospitales de Kyeshero y Virunga, en Goma.

Personas refugidas en campamentos en Goma
Numerosos desplazados internos del campo de Bulengo, situado junto a Goma, están abandonando el campo, mientras que otros se quedan, a veces demasiado asustados para marcharse. © Daniel Buuma
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