El 2 de septiembre, India notificó el mayor número de casos de COVID-19 registrados en un día con más de 83.000. El país supera los 3.8 millores de casos confirmados. Maharashtra, donde se ubica Bombay, es el estado que acumula el mayor número de casos de COVID-19 de todo el país: uno de cada cuatro casos confirmados. De estos, el 66% residen en la ciudad de Bombay.
Bombay es una de las ciudades más densamente pobladas de India y ha sido un punto caliente para la propagación del nuevo coronavirus desde que se declararon los primeros casos en el país a mediados de abril. Bombay constituye un gigante económico y, como tal, la ciudad ha atraído a población rural en busca de trabajo. La mayoría de estas personas acaba viviendo en condiciones de miseria mientras tratan de ganarse la vida.
Los asentamientos informales de Bombay, extremadamente saturados, suelen carecer de servicios básicos, como sistemas de agua y saneamiento adecuados y de recogida de basuras. Es habitual que en una sola estancia de tres metros cuadrados convivan cinco o seis personas. Las escasas posibilidades de mantener distanciamiento físico en este contexto hacen que sea extremadamente difícil reducir la escalada de infección por COVID-19 en los barrios marginales del distrito Bombay Este, donde los equipos de MSF empezaron a trabajar a principios de junio.
“Cuando me dijeron que había dado positivo por coronavirus, sentí pánico”, recuerda Radha, una mujer de 25 años hospitalizada en el Centro de COVID-19 que apoyamos. “Tenía mucho miedo porque sabía los problemas que habían padecido otras personas al confirmarse el positivo. Después de conocer el resultado de mi test, mi familia también estuvo bajo mucha presión. Mi madre empezó a llorar. Cuando mis vecinos se dieron cuenta de que era positiva, dejaron de hablarnos. Cerraron sus puertas. Pensaban que se infectarían por mi culpa. Cuando me veían, volvían a sus casas, me evitaban”.
Reacciones a una pandemia
Como en tantos otros lugares, la comunidad se sintió presa del miedo cuando el brote se intensificó. Desde Médicos Sin Fronteras y el Ministerio de Salud y Bienestar Familiar consideramos vital acelerar la detección, las pruebas y la atención para reducir el número de nuevas infecciones y muertes.
“Cuando nos enteramos del primer caso en el área donde vivo, tanto mi comunidad como yo nos asustamos”, dice Santosh Choure, que dirige nuestro equipo de promotores de salud en el proyecto COVID-19 en Bombay. “Muchos de mis vecinos regresaron a sus aldeas por temor a la infección. A pesar de que las viviendas son pequeñas, la gente no permitía que sus hijos salieran de la casa y los forasteros tenían prohibido entrar en las callejuelas”.
Una triple tragedia
Desde 2006, tratamos a pacientes con tuberculosis resistente a los medicamentos y formas complicadas de VIH en Bombay. “La mayoría de nuestros 256 pacientes con tuberculosis provienen de barrios marginales donde, debido a las malas condiciones de vida, el riesgo es alto”, explica el Dr. Hemant Sharma, coordinador del proyecto de nuestra respuesta a la COVID-19 en la ciudad. “Durante décadas, las dos epidemias más importantes, de tuberculosis y VIH, han llevado al ostracismo de los infectados. Si la COVID-19 se afianza en esta comunidad, será una tragedia triple; debemos mitigar juntos la propagación y hacerlo rápidamente”.
En el periodo que va de finales de junio a mediados de agosto, MSF, junto con el personal de salud pública de Bombay, hemos tenido como objetivo apoyar a los más de 400.000 residentes de los asentamientos informales de Bombay Este. Los equipos examinan los casos sospechosos y recogen muestras. Además, se ha mejorado la capacidad de manejo de pacientes con síntomas de COVID-19 leves y moderados en un centro designado para la COVID-19 de 100 camas del hospital Shatabdi, en el suburbio de Govandi, mientras se brinda atención ambulatoria en el dispensario. El equipo también ha llevado a cabo actividades de promoción de la salud y ha ayudado a fortalecer las medidas de prevención y control de infecciones en los hospitales y en la comunidad.
Hemos distribuido 150.000 mascarillas y 150.000 jabones entre los pacientes que acuden a los dispensarios con especial atención a los grupos altamente vulnerables, incluidos pacientes que toman medicamentos antirretrovirales, vendedores ambulantes y habitantes de los barrios marginales hasta alcanzar a casi 20.000 familias. “Proporcionamos mascarillas, jabón y kits de higiene gratuitos a los residentes de Bombay Este y brindamos atención hospitalaria a los pacientes confirmados con COVID-19, con el objetivo de descongestionar los centros especializados en la enfermedad”, cuenta el Dr. Sharma. «Para mejorar los resultados del tratamiento en pacientes en estado crítico mediante técnicas simplificadas, también instalamos cinco máquinas nasales de oxígeno de alto flujo».
Del 25 de junio al 15 de agosto, hemos examinamos a 1.979 pacientes, de los cuales 759 dieron positivo por COVID-19. Del 1 de julio al 15 de agosto, 246 pacientes con síntomas de COVID-19 leves o moderados fueron ingresados en el centro de COVID-19 en el hospital Shatabdi para recibir atención hospitalaria, mientras que 39 pacientes fueron remitidos para atención especializada. El Hospital Shatabdi es, desde el 17 de agosto cuando las autoridades dictaron la no ’covidización’ de los hospitales periféricos en Mumbai, un centro no COVID. Pero las necesidades de apoyo para casos moderados y graves siguen siendo altas, según los últimos datos de la Corporación Municipal del Gran Bombay. Por ello, redirigiremos nuestros esfuerzos y recursos a las instalaciones temporales de COVID-19 de 1.000 camas recién levantadas en el distrito de Bandra-Kurla donde se remitirá a los pacientes para su ingreso.
Desinformación y noticias falsas
Para los cientos de miles de trabajadores que viven al día, un grupo ya vulnerable, el hecho de perder sus medios de vida por los toques de queda y las medidas de confinamiento les ha puesto en una situación aún más precaria. El estigma sufrido por quienes dan positivo en la prueba del virus y la difusión de información errónea sobre la COVID-19 han puesto más palos en la rueda a quienes intentan detener la propagación de la enfermedad.
“El estigma y la desinformación están entorpeciendo nuestras actividades para prevenir y tratar el COVID-19”, se lamenta Santosh. “Debido al estigma, muchas personas no acuden a hacerse las pruebas aunque tengan síntomas. Por culpa de la desinformación que circula por WhatsApp, hay quienes niegan la existencia de la pandemia y dicen que es un fraude creado por los hospitales y la industria farmacéutica para ganar dinero, mientras que otros creen que se les extraen órganos a los pacientes hospitalizados”.
Con la amenaza de una segunda ola más intensa de COVID-19 en el horizonte, Radha cree que es necesaria más solidaridad, seguir luchando contra la desinformación y las noticias falsas, mayor inversión en investigación de vacunas, así como asegurar la producción y distribución equitativa de una futura vacuna contra el COVID-19. “En esta situación debemos preocuparnos por lo que sucederá a otros seres humanos y actuar”, recalca. “No es solo la batalla de una persona, pero a menudo tendemos a olvidarlo”, concluye.