Una serie de ataques aéreos han afectado a un hospital apoyado por Médicos Sin Fronteras (MSF) en la gobernación de Dara, el sur de Siria, y han matado a tres personas y herido al menos a seis más, denuncia MSF. El bombardeo del hospital de Tafas, que se encuentra a apenas 12 kilómetros de la frontera con Jordania y que ocurrió la noche del pasado 5 de febrero, causó además daños parciales en el edificio del hospital, y puso fuera de circulación al servicio de ambulancias. Los bombardeos llevaron a más de 20.000 personas a huir de la ciudad para tratar de refugiarse en el campo. Los ataques aéreos en el sur de Siria han ido en aumento en los últimos dos meses, y el hospital de Tafas es el último centro médico golpeado. «Yo iba de camino al hospital para ayudar en la recepción de personas heridas por los ataques aéreos», explica un miembro del personal, «pero tan pronto como llegué al hospital, yo mismo me fui herido”, prosigue. “Todo sucedió muy rápidamente. Vi lo que parecía una explosión, luego un destello de luz y después perdí el conocimiento durante cinco minutos. Mis colegas me encontraron tendido en el suelo, sangrando, pero lograron arrastrarme hasta dentro del hospital. Sufrí heridas en el brazo y en la pierna a causa de la metralla”, afirma.
El bombardeo del hospital reduce aún más el sistema de atención sanitaria en Siria, ya reducido a niveles prácticamente inexistentes desde hace tiempo. Mientras el conflicto sirio entra en su sexto año, los bombardeos en el sur de Siria van en aumento, y también lo son víctimas humanas. Una vez más, MSF subraya que el uso de bombardeos indiscriminados tiene un severo impacto en los civiles y las instalaciones médicas. A pesar de las incesantes llamadas de las organizaciones internacionales para poner fin a los bombardeos indiscriminados, estos parecen haberse convertido en la nueva norma. Desde el inicio de 2016, se contabilizan 13 centros de salud sirios afectados por las bombas, lo que confirma que los hospitales y las clínicas ya no son lugares donde los pacientes puedan recuperarse en condiciones de seguridad. A la luz de este nuevo incidente, MSF renueva su llamamiento para la protección de la vida civil y el respeto a las estructuras médicas a todas las partes del conflicto, al tiempo que reitera que los ataques a dichas instalaciones constituyen una flagrante violación de las leyes internacionales.